lunes, 29 de noviembre de 2010

Cavilaciones de Olga sobre su padre

¿Y por qué se dice que si se muere alguien de nuestra familia debemos llorar como madalenas?
Claro que yo no pieno llorar, que me lo pienso pasar por el forro porque tampoco es que se merezca algo mejor, sinceramente. ¿Y qué se puede merecer?
Él quiere que le enterremos en un nicho de oro comprado con todo nuestro dinero ganado con sudor durante muchos, muchos años.
Yo tengo una idea mucho mejor:
¿Qué te parece, viejo abaricioso, si te enterramos tal qual en un nicho de cartón podrido para que se te coman los gusanos?
¿O que te quememos y esparzamos tus cenizas por un campo lleno de estiercol, para combinarlo con lo que tu eres?
¿O que te congelemos y te llevemos a un museo con la inscripción "Nunca quiso a nadie más que a su dinero y toda su mierda" ?
Así que el nicho de oro te lo va a comprar tu madre, ¡que para algo cobra una pensión mejor que todos nuestros sueldos juntos!
¿Y no te parece que, además de exponerte en un museo con esa inscripción, debamos añadir que "era un fantasma tan detestable que hasta Franquenstein huía de él en sus sueños" ?
Bueno, cuando esto ocurra tu ya no estaras, tu ya estaras muerto y haremos contigo lo que nos de la gana.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Sandra & María- El accidente de María

Fue una buena tarde, si no fuera que, durante las dos siguientes horas iba a pensar en ella todo el rato.
Regresé, cuando me llamaron, al comedor. Creí que me moría.
Roberto y María, mis padres, estaban mirando la tele. Aparecia en la pantalla el parque en donde había paseado con María. Y tumbada en el suelo, inconsciente, estaba ella. María.
-Tu estabas con ella esta tarde.- Dijo mi hermano.- Has sido tu?
Estaba sin palabras. No podía ni gritarle.
No... no podía mientras las imagenes siguieran en la pantalla.
-Sandra, no pensaba que fueras capaz de algo así!
-Que no he sido yo pedazo de subnormal degenerado!
-Sandra, no isnultes a tu hermano!
-Que le jodan!- Grité entre sollozos.
Y en la tele seguían sacando las imagenes de María... ahora más bien de la ambulancia que la llevaba al hospital. Hablavan de un atraco. Pues es lo que nadie dejaría de contar; un pirómano atacaba a una joven de 15 años. Genial! Que todo el mundo lo contara!
Me encerré en mi misma esos 2 días donde no se sabía nada de su estado ni se le permitían las visitas.
La había apuñalado, pero no era mortal en absoluto, si se sanaba bien.
Respiré, muy profundamente, y me dejé llevar.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Sandra & Maria- El Parque

Nunca me paré a pensar en el sentido de mi vida. Nunca... hasta ahora. Y solo lo hago para entretenerme, para intentar olvidar.
Sería mejor empezar des de el principio.
Me llamo Sandra, tengo 15 años y soy capricornio. Nací el 16 de Enero de 1995, a mediodía. Tengo un hermano rebelde de 17 años que no quiere seguir estudiando y hace campana muy a menudo. Y mis padres son un poco estrictos conmigo por ese motivo.
Hablando un poco de mi hermano, os adelanto que cada semana tiene a una chica distinta que ir a buscar para seducir (desgraciadamente, lo consigue) para ir a la disco.
Yo empezé a tene relaciones hace unos meses. Y no fue una relación normal de una chica de 15 años qualquiera. No. La mía podria haber ganado un premio al peliculón más raro de la historia.
Hace unos meses, en el instituto conocí a María, una chica de rizos dorados que caían como cascadas, deslizandose en su cuello y acariciando su cara, blanca, pero a su vez hermosa. Tenia un toque dané en sus facciones (más tarde descubrí que era francesa, y no danesa).
La primera vez que la ví, no supe enseguida que a ella no les gustaban los chicos.Me dí cuenta unos días más tarde cuandp quedamos las dos en el parque. Para las dos significó mucho. Yo nunca lo hubiera imaginado, pero me gustaba mucho su caracter. Tenia algo... algo que no sabría explicar.Tal vez... me hubiera enamorado de María. Porque sentía como mariposas en mi estómago.
Le dije:
-Siento algo muy extraño.
-Debe ser que estas nerviosa o que no quieres marcharte. A mi me pasa lo mismo.
Sentir esas palabras salir de su boca me llenó de felicidad, le gustaba mi compañia.
Anduvimos por el parque unos minutos más, sin prisas, y nos ibamos hacercando a mi casa. Me dspedí, se despidió...
Entré a casa y papá ya me hechaba la bronca por llegar tarde a casa. Tampoco lo hize mucho caso y me fuí a mi cuarto. Al entrar, me tumbé y recapitulé toda esa tarde.