jueves, 24 de febrero de 2011

Bieber is love XI

Justin estava soñando.
Soñava con un puente, que estava siendo cruzado por un chico con un pelo negro resplandeciente y una chica con unas mechas rubias. Él no era el chico de pelo negro, y le dava mucha envidia.
Se revolvió en la cama; iban cojidos de la mano, felizes, irradiando felicidad...
Se despertó: tenía que verla, no lo soportava más. Pero... no tenía su numero, no tenia su dirección... recordava el pueblo en el que vivía pero nada más.
Intentó volver a dormirse.
Esta vez, soñó que estava en una limusina, con un chofer. Aún no la conocía, pero estava a punto de hacerlo. Entonces, en el instante en que estava a punto de verla, le sonava el móbil y desviaba la vista. Y la pasaban de largo, no la veía, no la conocía, no se emborrachaba, no dejaba a Miey, no lo pasava mal...
Se quedó dormido en la cama. Aún no era demasiado tarde...

miércoles, 23 de febrero de 2011

Bieber is love X

"Lo sabía... no debí escribir eso en mi twiter!", se decía Justin tumbado en la cama. Tampoco debió dejar que Miley le seduciera y le convenciese para entrar en el hotel. Tenía que haberlo dejado con ella hacía dos semanas. Pero no lo hizo.
Aunque no solía fijarse en esas cosas, ni pensar esas cosas, los pechos de Miley resaltavan con ciertas camisetas... en vez de eso, que más tenía Miley? Popularidad, un pelo bonito, dientes perfectamente blancos, una sonrisa... falsa.
"Miley es falsa", penso con determinacion.
Se volvió en la cama.
"Y esa chica del pueblo? Que pasa pringado, que no has cumplido tu estúpida promesa?", pensava mirando fijamente al espejo, viendo su reflejo. "Le diste la chaqueta, le dijiste que no olvidavas a las personas aun siendo famoso, y le sacaste del instituto por tu egoismo, porque querias estar con ella! Y ahora...¿qué? ¿Ya no cuenta?".
Apretó la mano con fuerza. Había pensado en ella muy poco, demasaido poco.
-Das asco.- Dijo Justin al reflejo del espejo.- Mucho asco.
Se quedó dormido, pero no descanso. Se despertó algo sudado a causa de la calefacción del hotel. Se había olvidado bajarla... Se miró en el espejo: tenía la cara cansada, tenia ojeras y el pelo revuelto. Tenia, también, la camiseta con la que había dormido con algunas marcas de sudor. Hizo una mueca. ¿Olía mal? Eso parecía... Se quitó la ropa y se dió una ducha. Cuando se puso el albornoz, tuvo una idea para intentar sentirse mejor con lo que a la chica refería. Cojió una cuchilla de afeitar y se afeitó los pocos pelos que tenía. Se secó el pelo y se vistió lo mejor que pudo; con la ropa que mejor le quedava. Ridiculizaría a Miley y, con ella, a él mismo.
Se subió al coche y se fue a un bar de la ciudad, dejando que los paparazzi le vieran y se fue a ver a Miley, antes de invitarla a pasar. Hizo todo lo posible, se emborrachó tanto como pudo.
-Justin... ¡Justin! ¡Deja de beber! ¿Porque lo haces, eres estúpido?
Pronto empezaron a sonar los flashes de la camara. Fue entonces cuando se dio cuenta de que era el momento. Todo eso era un plan que había hecho de improviso esa mañana, y lo estaba llevando más bien de lo que pensava.
-Oye monada, que...- Runió fuerzas para decirtal barbaridad...- pechos tienes nena!
Miley se ruborizó y miró muy asustada asu alrededor. ¡Qué ridiculo! Ese era el Justin al que no queria... bueno en verdad no queria a ninguno, pero a ese menos!
-Mira Justin... callate porfabor no me dejes en evidencia!
-Pero nena... ¿que hacemos aun aqui hermosa?
Miley cojió la puerta y se fue.
Cuando se hubo recuperado un poco gracias al dueño del bar, en gran parte, cojió y se fue a casa. Al día siguiente, ya lo sabía medio mundo.
"Espero que me perdones por haberme olvidado de ti", colgó en su twiter. Ella lo leería, y tal vez sirviera para algo.

sábado, 19 de febrero de 2011

Bieber is love IX

"Al menos tengo su chaqueta!", se decía Alexandra con voz infantil. "¿Y de qué me sirve su asquerosa chaqueta? Hoy es 20 de Mayo... ¡20 de Mayo, Justin!".
Alexandra estaba tumbada en la cama, llorando de rabia. Se moría por olvidarlo, y por hacerlo ya. Había leido la última entrada en el twiter de Justin Bieber, la pagina oficial, en donde anunciaba (palabras textuales):
-Miley, es en estos momentos la unica chica en la que pienso.
La unica... eso era lo que le dolia. Y no solo por eso, si no porque en una revista salían fotografias las cuales confirmavan todas las sospechas de que havia entrado en un hotel a pasar la noche...
"Una noche loca... ¿¡NO?!", se decía. Estava desconsolada y lo peor era... que no se lo podia contar a nadie por dos motivos:
1) No la creerian.
2) Nadie seria capaz de ayudarla.

Asi que pensando eso solo conseguía que las lágrimas salieran con mucha más fuerza.
-Aunque sea famoso no olvido a las persons.- Le dijo Justin un mes antes.
"Si... ya lo veo!".
Se quedó llorando...
Pasaron los días y Justin seguí igual. Fin. The end. Eso es: Alexandra se olvidaria de él a las buenas o lo solucionaria a las malas... ese iba a ser su lema.

martes, 8 de febrero de 2011

Manual de instrucciones para crear a Sara Belder

Sara Belder iba a ser el nombre de la protagonista de mi historia. No tendría nada que los demás no tuvieran, pero tampoco sería hija de padres pobres divorciados o cualquier historia
complicada que los grandes escritores cuentan a menudo en sus novelas. Sara Belder no tendría un corazón tierno. Lo único que la diferenciaría un poco de los demás iba a ser la crueldad. A mí no me gustaban las historias típicas, así que Sara no se iba a convertir en una santa en el final de mi libro. Tampoco es que a la gente de su entorno le preocupara que Sara fuera cruel, porque al fin y al cabo, todos lo eran. En la calle, en casa, en el trabajo o en el instituto, todo el mundo iba a ser cruel en mi historia, porque iba a ser realista.
-¿Porqué quieres ser tan pesimista a la hora de contar una historia?- Me preguntó un día mi hermana, mientras estaba leyendo, otra vez sin permiso, mis cosas.
-No te importa.- Le dije. Creo que fue entonces cuando empezó a sospechar cosas. Como por ejemplo, a sospechar que yo era gótica y que pensaba en suicidarme. Aunque evidentemente lo hacía para chincharme, porque sabía que no me gustaba que me llamasen gótica. Aunque no tengo nada en contra de la gente gótica. Es más, me parecen gente interesante, porque algo deberán haber hecho para pensar de ese modo.
Volvamos al libro.
Cualquier personaje debe de tener un físico y una forma de ser que le definan. Sara, por su parte, estaba decidida en la clase social que tenía cada uno de sus compañeros de clase y la cumplía a rajatabla. Es decir, que a los que se les consideraba unos marginados, no les dirigía la palabra.
En ese tema, hice como hacen en las películas: exageré el sistema del instituto para que así Sara resaltara aún más su carácter.
Me dejé llevar.
Fue entonces cuando se me ocurrieron los nombres para la gente más cercana a ella.
Cinto, iba a ser el chico chulo de clase que le proporcionaba el tabaco a Sara y, por tanto, una de las personas que disfrutaba de su sonrisa bonita (pero falsa). Amanda, su mejor amiga, tenía un carácter temperamental y junto con Sara eran algo peligrosas. Lena era la suspendedora oficial del grupo (porque aunque Sara fuera algo similar a una matona, no quería corresponder al tópico de que fuera también una estudiante fracasada) y Samuel era el mejor amigo de Cinto, y pronto se convertiría en el chico más reclamado de cuarto curso.
Sara ya tenía a sus amigos.
“Cinto, Amanda, Lena y Samuel ya han cobrado vida propia junto a Sara.”, pensé tras dejar atrás mis cavilaciones y me ponía a escribir las ideas que se me habían ocurrido.
-Puede que, en el fondo, Sara sea una buena chica. Así suena más bonito, ¿no crees?
-¡Qué te he dicho que no leas mis historias sin permiso!
-Ya, ya... solo lo hago para encontrar la bonita historia de un amor no correspondido llevado al suicido, ¿no te parece? Anda ya y déjame, que esta también es mi casa.
-Pero mis cosas.
-Lere, lere, lara, lara...- Dijo silbando mi hermana después de dejarme algo atónita con su capacidad tan rápida de responder a mis preguntas. Me sacaba de quicio.
Sara era mi compañera de trabajo ese fin de semana, y por eso debía pensar con rapidez y dejarme de estar con peleas con mi hermana. En fin, qué se le va a hacer...
Cogí el bolígrafo y volví al mundo realista de Sara Belder, mientras relataba los primeros cigarros de Sara, la primera pelea con uno de los marginados y, también, su curioso día a día con Amanda y Samuel.
-En fin...- Me dije.- Ya he terminado.

lunes, 7 de febrero de 2011

Bieber is love VIII

No hacía falta que se diera explicaciones a sí mismo sobre lo que estava haciendo. Era completamente conciente de ello, y no necesitava a nadie que le recordase que ella era como el oro; díficil de encontrar, y te da corte que te vean con ello porque es llamativo. Y una chica de su edad, en pleno jueves sola por alli con un chico de su edad... és llamativo.
Alexandra, pero, no pensava lo mismo. Ella estava encantada de que Justin la hubiera ido a recojer al colegio, encima delante de las estupefactas miradas de sus compañeros de classe que tanto le irritavan.
Como que sus mentes estaban tan ajetreadas pensando en como se sentían en ese momento, ninguno de los dos advirtió que se habían cojido de la mano. Pero asi seguían, con un ojo mirando de reojo hacia al otro y preguntandse hasat que punto habían llegado.
Fue Alexandra quien primero se dió cuenta de que ivan cojidos de la mano por un bosque lleno de flores y vistosos tonos verdes. Resumiendo... que parecian una pareja en un parque en primavera. Lo que significava...
-Oh, lo siento...- Dijo Justin, cuando vió que le cojía de la mano a Alex.- No quería... yo... simplemente es que... lo siento.
-No pasa nada, en serio.
"¡Si que pasa! ¡A mi me gustava ese ambiente romántico que habia entre nosotros hace medio minuto!", pensava Alexandra. Justin la había fastidiado un poco sobre ese asunto.
-Bueno, ya hemos llegado.
-Llegado... ¿Dónde?
-Pues al lugar en donde me vas a devolver la chaqueta.
-Oh, si, claro, por supuesto.
Se quitó su chaqueta algo a regañadientes, aunque procuró que él no se diera cuenta. LE gustava llevar algo suyo con ella, porque pensava que asi era seguro que no iba a alejar.
-Gracias. Ahora deja estendidas tus manos para recojer esta fabulosa chaqueta que te voy a dar como regalo sorpresa pero.... ¡SHHHT! No se lo digas a Miley,¿eh?
Alexandra notó que se ponia roja, que se emocionava, que le daba un bajón por el hecho de que hubiera mencionado a Miley y que, a su vez, le dava completamente igual que según la discografica salieran juntos porque... ¡Le habia regalado una chaqueta por su cumpleaños! ¡Se había acordado!
-¿Volvemos? Ya se está haciendo tarde. Siempre es mejor que no te pillen, ¿verdad?
-Claro. Gracias por la chaqueta.
Alexandra, con Justin ( o Pruden en ese instante ) salieron hacia el coche y se subieron en él. Allí dentro, Alex podía disfrutar de su olor. Le gustava, ya lo había notado hacia un par de horas.
Justin la dejó a la entrada del pueblo, pero se esperó en el coche con ella hasta que llegó el autocar, y hasta que las calles se borravan de niños y adolescentes que volvían del colegio.
-Supongo que no te olvidaras de mi, ¿no?
-Aunqeu sea famoso, no olvido a las personas.
Alexandra salió del coxe poco convencida, pero si algo más que antes. Al menos, tenia su chaqueta...