lunes, 28 de noviembre de 2011

La caja de cristal: 2

-Entonces, nos vemos mañana.- Se despidió Arisa de Will, quien seguía su camino hasta el siguiente edificio.
-Sí.
Observó cómo se colocaba bien la mochila, y se dispuso a entrar cuando los ladridos de Sora la animaron a quedarse unos minutos en el jardín jugando con la perra, que reclamaba su atención alegremente.
Cuándo entró en casa, quiso ir a intentar otra vez que su abuela le dijese algo, pero ésta no estaba en su sitio habitual, en la mecedora. Tampoco la encontró en la cocina, así que decidió subir a dejar la mochila y luego ya la buscaría. Sabía que a veces su siesta duraba más de lo debido, así que asomó la cabeza por la puerta de su habitación. Pero no estaba. De hecho, ahí no había nada de su abuela.
Extrañada, bajó a bajo donde le preguntó a su padre dónde estaba la abuela.
-Verás, de eso debería hablarte.
Se sentó en una silla, expectante. De repente, se le había quitado el hambre y no sabía porqué.
-Tu ya sabes que en estas últimas semanas me estoy viendo con una mujer llamada Anabel, y que desde entonces soy feliz. Hemos decidido casarnos, Arisa.
Manuel no lo dijo fríamente, pero para Arisa, percibirlo de ese modo le parecía normal. Para ella, de todos modos, era inaguantable. Sabía que su padre era feliz con esa extraña mujer, a la que tan siquiera había visto un par de veces, y eso lo aceptaba. Lo que no aceptaba de ningún modo, era que quisiera substituir a mamá cómo su esposa, aunque ya estuvieran divorciados.
-¿Y la abuela?
-No lo ha aceptado. Ya sabes cómo estaba des de que me separé de tu madre.
-Por eso se ha ido...
-No me gusta admitirlo, pero me parece algo anticuado por su parte.
-Es decir...- Empezó Arisa.- Es decir, ¡que te has olvidado de mamá!
Manuel, perplejo, buscó palabras para contestar a su hija, pero no le salieron, y tuvo que dejar que la muchacha se marchara enfadada hacia su habitación.

Arisa cerró la habitación de un portazo a propósito.
Su padre, simplemente, se había olvidado completamente de su
antigua vida. Ari estaba realmente frustrada.
¿Cómo había ocurrido eso?
Ah, claro, la amiga de papá..., se dijo.
Se sentó en la silla de su escritorio, apoyando la cabeza encima de los brazos, que estaban cruzados, y la ladeó en dirección a la ventana, que en esos momentos estaba abierta y alumbraba la libreta que le prestó Will para hacer los deberes de física.
Hacía un tiempo que le estaba pidiendo los deberes, y se dijo a si misma que eso se iba a terminar.
Cogió la mochila y se puso a hacer los deberes, hasta que el timbre de la puerta la interrumpió de sus pensamientos.
Pegó las orejas a la puerta cómo lo haría un loco y agudizó el oído para escuchar aquello que no le gustaba.

martes, 22 de noviembre de 2011

Bob Dylan- Hurricane

Todos conocemos su nombre, y la mayoria qué tipo de música cantaba. Aunque, realmente, no se puede conocer la musica de alguien si no nos sabemos su letra.
En este caso, la letra de Hurricane, de Bob Dylan, nos queria concienciar de las cosas que pasan en un país, y no solo hacernos pasar el tiempo mientras bailamos. Aqui esta, pues, su letra traducida al español.
Y solo porque la musica de Bob Dylan es su letra, es motivo sufieciente para escuchar esta historia, narrada en forma de cancion. Saludos a todos.

Disparos de pistola resuenan en la noche en el bar
Llega Patty Valentine desde el piso de arriba
Ve al encargado en un charco de sangre
Grita: “¡Dios mío, los han matado a todos!”
Aquí viene la historia del Huracán.
El hombre al que las autoridades culparon
De algo que nunca hizo
Lo pusieron en una celda de prisión, pero él pudo haber sido
el campeón del mundo.
Tres cuerpos allí tirados Patty ve
a otro hombre llamado Bello, andando por allí misteriosamente
“yo no lo hice”, dice él y levanta las manos
“estaba solamente robando la caja, espero que me comprendan
los vi irse” dice, y se detiene
“uno de nosotros mejor llama a la poli" y ellos entran en escena
con sus luces rojas centelleando
en la caliente noche de New Jersey.
Mientras tanto, muy lejos, en otra parte de la ciudad
Rubin Carter y un par de amigos van conduciendo por allí
El contendiente número uno para la corona de los pesos medios
No tenía ni idea de la clase de mierda que le iba a caer
Cuando un poli lo empujó a un lado del camino
Como la vez anterior y la vez anterior a esa
En Paterson así es como son las cosas
Si eres negro es mejor que no salgas a la calle
A menos que quieras caldear el ambiente.
A menos que quieras caldear el ambiente.
Alfred Bello tenía un socio y éste tenía un soplo para la pasma
El y Arthur Dexter Bradley habían salido para merodear
Dijo: “Vi a dos hombres huyendo, parecían pesos medios
Saltaron a un auto blanco con matrícula de otro estado”
Y la Srta. Patty Valentine simplemente asintió con la cabeza
El poli dijo: “Esperen un momento muchachos, este todavía no está muerto”
Así que lo llevaron al hospital
Y aunque este hombre apenas podía ver
Le dijeron que él podía identificar a los culpables.
Cuatro de la mañana y traen arrastrando a Rubin
Lo traen al hospital y lo llevan escaleras arriba
El hombre herido lo mira a través de su ojo moribundo
Dice: “¿Para qué lo traen?, este no es el tipo”
Sí, esta es la historia de Huracán
El hombre al que las autoridades culparon
De algo que nunca hizo
Lo pusieron en una celda de prisión, pero él pudo haber sido
El campeón del mundo.
Cuatro meses después, los ghettos están ardiendo
Rubin está en Sudamérica, peleando por su nombre
Mientras Arthur Dexter Bradley todavía está en el negocio del robo
Y la pasma le está apretando, buscan a alguien a quién culpar
“¿Recuerdas aquél asesinato en el bar?”
“¿Recuerdas que dijiste haber visto el coche en la huída?”
“¿Piensas que te gustaría jugar a la pelota con la ley?”
“¿Crees que pudo haber sido aquél boxeador el que viste huir aquella noche?”
“No olvides que eres blanco”
Arthur Dexter Bradley dijo: “Realmente no estoy seguro”
“Los polis dijeron: “A un pobre chico como tu le vendría muy bien una oportunidad”
Te tenemos por el trabajo del Motel y estamos hablando con tu amigo Bello
No querrás volver a la cárcel, así que sé buen chico
Le harás un favor a la sociedad
El hijo de puta es bravo y se pone más bravo
Queremos moverle el culo
Queremos clavarle este triple asesinato a él
El no es “Gentleman Jim”.
Rubin podía noquear a un hombre con un solo golpe
Pero a él no le gustó hablar mucho de eso
“Es mi trabajo”, decía, “y lo hago por dinero
Y en cuanto termino en seguida me pongo en marcha
A un paraíso donde fluye la corriente y las truchas y el aire es delicioso
Y doy un paseo a caballo por el campo”
Pero entonces lo llevaron a la cárcel
Donde intentan trasformar un hombre en un ratón.
Todas las cartas de Rubin estaban marcadas de antemano
El juicio fue un circo de cerdos, él nunca tuvo una oportunidad
El juez hizo aparecer a los testigos de Rubin como borrachines de los bajos fondos
Para la gente blanca que miraba él era un vago revolucionario
Y para la gente de color él era solamente un negro loco
Nadie dudó de que él había apretado el gatillo
Y aunque no pudieron presentar el arma
El D. A. (Fiscal del distrito) dijo que él era el autor del hecho
Y el jurado de blancos estuvo de acuerdo.
Rubin Carter fue falsamente enjuiciado
El crimen fue asesinato en primer grado, ¿adivinan quién testificó?
Bello y Bradley y los dos mintieron descaradamente
Y los periódicos, siguieron todos la corriente
¿Cómo puede la vida de un hombre como ese estar en la palma de la
mano de algún truhán?
Verlo tan obviamente entrampado
No puedo evitar avergonzarme de vivir en un país
Donde la justicia es un juego.
Ahora todos los criminales con sus trajes y corbatas
Están libres para beber martinis y mirar el amanecer
Mientras Rubin se sienta como Buda en una celda de diez pies
Un hombre inocente en un infierno viviente
Esa es la historia de el Huracán
Pero no terminará hasta que limpien su nombre
Y le devuelvan el tiempo que ha cumplido
Lo pusieron en la celda de una prisión, pero una vez pudo haber sido
El campeón del mundo.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Temps que han passat

A vegades sento que l'estiu s'emporta
tot allò que la primavera ha deixat,
que la tardor hem pren
el que l'estiu m'ha donat.

Que l'hivern hem glaça el cor
que a causa del fred s'ha trencat
i que la primavera de nou
m'ho ha arreglat.

Sento una buidor dins el meu cor
si m'ho fan recordar,
sento que fins i tot m'estimo
el cor que l'hivern va glaçar:

Els records de la tardor
que mai no han tornat,
i la calor de l'estiu
que m'ha fet suar.

Tribu urbana

Això és vida!- Cridava l'Unai.
S'havia estirat al llit amb un refresc a la mà, mentre el bevia amb desesperació per a refrescar-se. La calor l'havia obligat a baixar la persiana de la seva finestra, i ara estava completament a les fosques, però això sí: amb la seva Coca-cola.
L'Artur, que s'havia quedat de peu davant del llit, va trobar oportú d'encendre la llum per a poder continuar amb els seus deures.
-Si ho haguessis fet tot quan tocava, ara podries fer com jo: beure una Coca-cola i estirar-te al llit fent el ganso tot el dia.
El noi no va dir res, i va acotar el cap ressentit mentre escoltava com el seu amic feia un glop del refresc que duia entre les mans.
La feina l'estava matant, i les innumerables redaccions que havia de presentar per al dia següent continuaven estant a mitges, però no es rendia. Ja podia dir tot el que volgués, l'Unai, que ell se'n sortiria ben aviat.
Mentre resolia un problema de matemàtiques li va venir al cap aquella ocasió en que el seu germà es va posar en un bon embolic.
Devia ser feia un o dos mesos, per allà a mitjans d'estiu, que en Mateu es va començar a relacionar amb un grup perillós del carrer.
S'havia tornat addicte a la coca i sabia que aquella gent en duia, així que va voler entrar al grup que formaven.
Ells eren el que se'n podria dir una tribu urbana com Déu mana: amb pantalons trencats, botes fins als genolls i camises completament desgasades, tenien un aspecte tan poc agradable que la gent no acostumava a acostar-s'hi gaire. Alguns adults que els havien denunciat havien rebut una bona pallissa, i ja ningú al barri s'atrevia a dir-los-hi res.
Però en Marcel, tot decidit, es va aventurar en un espai on no acostumava a moure's gaire, i en va acabar malparat.
Al Toni, el cap del grup, l'hi va semblar entretingut fer-li passar per una petita tortura, o prova com en diria ell, per a acceptar-lo com a un dels seus.
La prova consistia en travessar tot el carrer fins a arribar a la cantonada de l'Antònia, evitant les pedres i els pals que els membres del grup li anirien tirant pel camí.
I així va començar a córrer carrer avall, mentre una pluja de pals i de pedres li passava pels costats. En un principi, li anava molt bé, però algunes pedres ja el començaven a tocar fort a les cames, provocant així que disminuís la marxa.
Però com més afluixava el seu ritme, més pedres li tocaven. Era un peix que es mossegava la cua.
Llavors va ser quan el pare de l'Unai va aparèixer amb la patrulla policia i van aturar la carrera, emportant-se al Marcel a l'hospital.
Però el que realment lamentava l'Artur, era la poca valentía que havia tingut el pare de l'Unai en deixar anar als membres del grup.
Però una cosa no treia l'altra, i l'hi estava molt agraït al pare del seu amic per haver salvat el seu germà d'aquella tortura.
L'única cosa que no va poder evitar l'Artur, i que era el que el tenia ocupat, va ser concentrar-se amb tota la feina, encara que l'Unai l'hi ho hagués recordat milers de cops aquell estiu.
I ara, en tombar una mica el cap per a fixar-se en el que estava fent el noi a sobre el llit, es posa a riure com un desesperat: està més adormit que mai, i això que ahir tampoc van estar fins tan tard fent la feina que tenia l'Artur, però l'Unai era molt mandrós.
Va concentrar-se de nou amb els deures de matemàtiques, les redaccions i un munt de coses més que tenia que entregar, abans no es fes encara més tard.
De totes maneres, no confiava en acabar-ho tot per al dia següent, però si confiava en tenir-ne la meitat.

La caja de cristal: 1

Cuando el Sol sale, suele hacerlo de manera discreta, para tan sólo despertarnos con el suave cosquilleo de su luz por la mañana. Y ésa no fue la excepción. El Sol salió por el horizonte y despertó a Sora, que estaba dormida tranquilamente en el regazo de la abuela de Arisa, que e había dormido mientras se mecía en una pequeña silla.
El instinto animal de Sora le decía que era extraño que Arisa no se hubiera despertado, puesto que era madrugadora.
Sora saltó del regazo de la abuela para ir a la habitación de Arisa, que se encontraba al final del pasillo.
Ésta estaba dormida profundamente, y el despertador aún no había sonado, así que decidió saltar encima de la chica para despertarla, y cuando Ari abrió los ojos sólo se limitó a apartar a la perra de encima suya.
-Buenos días, Sora. Parece que has decidido ser mi despertador hoy.
En ese momento el pitido del despertador le hizo levantarse para pararlo y decidió que ya era hora de vestirse.
Se puso unos tejanos con una camisa verde y unos zapatos negros, y fue a la cocina para tomar algo de desayuno.
-Abuela, me voy.- Le dijo a la mujer, aunque ella no la oyó.- Dile a papá que hoy volveré tarde, que me quedo con Will en el club de atletismo.- Añadió, con la esperanza que la oyera y le dijese algo. Pero no lo hizo.
Ya se había acostumbrado a su silencio des de que su madre se fue, pero aún así deseaba que algún día le dirigiese algunas palabras amables.
Pero nunca sucedía, y se llevaba una decepción.
Una voz conocida la sacó de sus pensamientos.
-¡Arisa! Hoy has tardado mucho.
Asintió, sin darle ninguna explicación. Aunque tampoco hacía falta darle una explicación a Will, porque él ya lo sabía todo, y ya se lo imaginaba todo, también.

Caminaban tranquilos por la calle cuando Will le preguntó algo que la sorprendió.
-Oye, Arisa, si te gustara alguien de nuestra clase... ¿quién sería?
-¿Qué? Pues yo... no sé.
-¿Alguien cómo Santiago?
Arisa se quedó plantada y mirando a Will, que estaba ligeramente más serio y nervioso de lo normal. Aunque esto ella no lo notó, puesto que aún estaba digiriendo la pregunta que le acababa de hacer.
-¿Santiago?- Repitió, con una voz pausada.
Will asintió, mirándola fijamente.
-No pienso en él cómo pareja o no sé... no me interesa de ese modo. Ya sabes, sólo vuelvo a casa con él, nada más.
La expresión del chico se relajó un poco, y hasta llegó a asomarse una sonrisa en su boca, aunque demasiado difuminada para percibirla.
-¿Por qué lo decías?
-Simplemente era curiosidad.- Respondió, entrando en el instituto.- ¡Nos vemos luego!
Y así, de ese modo tan curioso que un mejor amigo puede tener para despedirse, lo hizo Will. Simplemente dijo que se iba ya a clase, y simplemente dejó a Arisa en la entrada, sola, aunque con la pequeña compañía de la duda.

sábado, 29 de octubre de 2011

La noia del vestit blau

Estava asseguda a la tercera fila de la dreta, recta i amb el cabell perfectament recollit en una cua de caball, deixant entreveure una petita cadeneta de plata que tenia penjada del coll.
Duia una vestit blau elèctric sense esquena preciós i tenia un toc màgic amb aquella agulla que li recollia el serrell en forma de papallona, que tenia aspecte de ser molt dificil d'aconseguir i molt, però que molt car.
Tenia un cabell negre com la mateixa nit i un somriure permanent a la cara, perfectament tallada en aquell cos que no era prim com el d'una model, però tampoc era gens gras.
Hem vaig haber d'aixecar una mica per admirar-la amb més deteniment.
Qui seria?
No hem sonava d'haber-la vist arribar en cotxe, o en una limusina brillant i cara.
Vaig observar com mantenia el posat tranquil i serè, amb el seu somriure permanent en veure a la parella besant-se a l'altar.
Però es movia incòmoda en el seu seient, i tirava el cap una mica endarrere com si també volgués admirar-me a mi.
Llavors hem vaig donar compte que el que volia la noia era saber qui l'estava mirant tan detenidament com per a provocar en ella una sensació tal d'incomoditat, així que hem vaig veure forçat a aparatr la vista d'ella i asseure'm correctament a la meva parcela de banc.
Era delicada com una flor, bonica com ella mateixa.
Vaig mirar-la un altre cop, doncs no hem podia contenir, i vaig veure com murmurava una cosa al noi que tenia al costat, que era ni més ni menys que el germà de la nòvia.
La noia del vestit blau va somriure i li va fer un petó disimulat a la galta.
Vaig apartar la mirada amb rapidessa i vaig fer com si mai no hagués vist aquella escena, com si mai no hagués pensat en lo bella que era allà asseguda i concentrada, o en com de bonic era el seu cabell recollit amb tantissima elegància.
Fer com si mai hagués existit dins meu. La noia del vestit blau...

El temps per a la Roser (per a tu)

La Roser s'havia aixecat aviat aquell divendres d'hivern, i quan va veure l'hora que era, es va alegrar inmensament de poder romandre més temps entre els suaus llençols del seu llit.
De seguida es va tornar a adormir, doncs estava cansada després de la gran nit de Nadal que va tenir amb la seva família, i en el seu cap van tornar aquells records d'estiu que havien quedat enrere tan ràpid com ho van fer els de tardor.
Unes muntanyes inmenses plenes de colors groc, taronja i marró, banyades en una llum daurada que ho inundava tot, o uns prats d'espígol a punt per a tallar i, fins i tot, podries trobar-te amb algun ocell cantaire abans que tots marxessin cap al sud.
Si, la tardor tenia un munt de coses màgiques, es repetia la Roser dins seu, en el seu sotmi.
Hi havia molta gent a la que no li agradava gens, però a la Roser la feia parar boja. Podia tornar a menjar nous, castanyes i un munt de coses que són típiques de la tardor.
Però l'hivern no li agradava gaire, li feia semblar que el rellotge del temps s'havia aturat i que no passaven els dies, entre tanta grisor que hi havia en l'ambient, tant de fred que feia i tant poques ganes de sortir al carrer. Ho detestava.
Detestava les nevades que queien a Sort al menys un cop a l'any, nevades que fins i tot arrivaben al mig metre alguns cops, i que la feien lliscar pels carrers com una bleda. Nevades que aturaven el trànsit i que feien que tots els guiris i pixa-pins que passaven les vacanses de Nadal al poble es possesin les mans al cap. No li agradava l'hivern.
Però, allà arraulida entre els llençols, pensava que tot plegat era molt agradable quedar-se allà ben tapada escoltant el soroll de l'aigua quant xocava contra la teulada de fusta.

Decepcions i l'Amàlia

-Oh, amor meu...- Va sospirar l'Alicia.- T'ho ha tornat a fer oi que si?
Vaig assentir lleument amb el cap. Sabia que hem diria que ja m'ho va avisar (que, d'altra banda, era del tot cert) i que m'acaronaria el cap com a una nena petita, com feia sempre i com tant odiava. Pero aquest cop no ho va fer, i es va limitar a fer-me una tendra abraçada.
-Sé que no és el moment més oportú per a parlar, però t'hem d'explicar una cosa, i ja hem trigat massa a dir-t'ho.
La vaig mirar amb incredulitat mentre veia com el meu pare s'asseia amb mi, mentre l'Alicia hem deixava d'abraçar. És clar, per això havia entrat a la meva habitació tant precipitadament...
-Mira, filla, hem decidit que ens haurem de divorciar.
-Sé que és un cop dur, i més ara, però hem pensat que era el millor moment, ja que si esperàvem més sentiries que et faríem un lleig molt gran.
-El lleig me'l feu igual.- Vaig dir, aixecant-me del llit i anant cap a la porta, esperant secretament que m'aturessin i hem diguessin “Ei, que era una broma Amàlia! Com t'ho has empassat, eh?”, però evidentment no ho van fer i hem vaig quedar davant la porta de la cuina.
Vaig decidir no fugir del problema, afrontar-m'hi, així que vaig refer el meu camí fins a la meva habitació i, creuant els braços altivament, els vaig demanar explicacions.
-Com ja saps, no ens portem bé i ens hem deixat d'estimar com a parella.- Va dir-me l'Alicia.
-Sí.- Va afegir el meu pare no gaire convençut.
-Ha estat culpa del pare oi, Alicia?
El pare va abaixar la mirada, i ella també ho va fer, així que vaig ser la única capaç de parlar clar mentre ells dos aguantaven les ganes de retirar-se cap a la seva habitació. Ara hem sentia com la mare quan descobria que havia pegat a en Ton: superior i diligent.
Però ara la mare no hi era i en Ton tampoc, i només quedàvem jo, el pare... i l'Alicia.
Però aquesta família fins fa poc coneguda s'estava enfonsant per moments i el món que fins feia un moment hem feia posar trista per una estupidesa, ara hem feia sentir impotent per una autèntica bogeria.
La tercera. La tercera novia del pare des que en Ton i la mare van morir! La tercera i no n'ha sabut cuidar prou bé!
Tenia la sensació que només era jo la supervivent d'aquell accident d'ara farà tres anys, com si el pare que coneixia d'abans s'hagués esfumat en un segon.
Ara anava de flor en flor i ni s'immutava. Tot i haver tingut tres novies declarades oficials, jo sabia que anava a locals i que hi coneixia noies amb les quals tornava a casa algun cop.
L'Alicia no ho havia patit, perquè el pare havia estat respectuós amb ella, però què vol que en pensi, ara d'ell?
Evidentment poca cosa bona, igual que en va acabant pensant la mare quan va decidir marxar per a no tornar, tot i que quan va dir que no tornaria no ho va dir precisament amb el sentit relatiu a tot el que va passar...
L'Alicia i el pare havien anat a fer les maletes de l'Alicia. És clar, seria ella la que marxaria, com va passar amb les altres dues.
És que sóc la única al món que té un pare tan pocavergonya? Molt hem temo que si, i que no canviarà. Pensava que amb ella seria diferent, que el sermó que li vaig fer després de que la Samantha l'enviés a pastar fang li hauria servit.
Però no. Amb el pare no va servir absolutament res.

El somni del canvi de cos

Estavem a educacio fisica, era un desastre i el profesor ens va fer anar a l'aula de musica a tots.
-Treieu-vos una peça de roba i torneu al passadís.- Ens va dir.
L'Adrià va ser el primer, i després de treure's els pantalons i de descobrir els boxers roses que duia, es va repenjar a la paret del passadís, mentre entrava un altre i es treia la jaqueta.
Hem toca a mi, i hem trec la meva jaqueta blanca també, deixant veure la meva sudadera blanca i la gent va passant, timidament, i deixant una pila de roba a la taula gran del professor.
No passa molt de temps abans no torni a parlar el professor, amb cert aire de superioritat.
-Ara, us posareu en el cos d'una altra persona. La que menys us espereu, la que menys té a veure amb vosaltres.
I bualà! Allí estàvem tots en el cos d'una altra persona. Jo, que no hem notava gens diferent, hem vaig buscar entre la mutitud i, efectivament, allí estava jo.
-Qui ets?- Hem vaig preguntar a mi mateixa, de manera un tant curiosa.
-...
Era el Xavi, el punk de la meva classe, i jo també estava al seu cos.
En aquell moment estàvem caminant per un passadís de l'institut, quan li vaig preguntar:
-I fins quan haurem d'estar així?
-Fins divendres, ha dit.
-Què?! Jo no puc entrar a casa amb aquestes pintes! (que no t'estic dient lleig ni res, si no que... ets tu i no jo).
Va obrir la porta i va anar a fumar. Pensava seguir-lo, però... i si hem veien? Eh?
En aquell moment vaig pensar que, de fet, a qui veurien seria al Xavi i no a mi així que vaig anar amb ell.
Tenia el cabell més curt que el tenia jo.
"Clar, ell ja té el cabell curt...", vaig pensar. Però era estrany. Ja que només havien canviat els cossos.
(...)
-Llavors jo podria fer això no?- I va tocar-se (o tocar-me...) els pits fen una cara mig caxonda mig de conya.
-No! Para de fer això.- Li vaig contestar, agafant-li els braços i posant-los on els tenia que posar. On no toquesin el que haguesin de tocar.
-Perquè ens han fet treure roba?
-Perquè podria rebentar en el cos d'un altre.
-Però no se suposa que ens canviem de cos.
Va arronsar les espatlles i vam continuar parlant sobre el tema. Coses, de les quals no recordo gaire.
(...)
Baixava les escales per anar al menjador, i hem vaig trobar a l'Aleix, que el vaig saludar.
-Hombre! Quant de temps!
-Des d'aquest matí.
-Què dius? Si ens vam veure fa dos o tres dies...
-Es que sóc la teva veïna...
-...
-El profesor d'Educació física ens ha canviat els cosos! El Xavi és jo, i no sé com van els altres...
(...)
-Hola.- Vaig saludar al Marc.
Hem va mirar amb cara rara i li vaig dir el mateix que a l'Aleix, sol que ell hem va creure.
Se'ns van plantar uns tios raros i ens van proposar de jugar a futbol, i no sé com vaig dir que si i vam començar a jugar: el Marc es movia molt lentament,
igual que jo fa uns dies, i en aquell moment m'estava movent molt agilment, robant la pilota i passant de tots, corrents amb la pilota, i després de xutar la pilota ben lluny, i d'escoltar
com uns de baix, al costat del menjador, al·lucinaven amb mi, la noia que passava llista hem va mirar contenta i hem va oferir mil i un cops d'ingressar al seu equip.
-Són ells, els que t'animaven.
-Si, però no, gràcies.
-Va, si ets un crack al futbol! Vine amb nosaltres!
-De debò que no, gràcies.
Hem vaig asseure al costat del Marc.
-Sembla que també ens an canviat les habilitats.
-Sí, és nota.
I si ens havien canviat les habilitats, això volia dir que el Xavi sabrie escriure bones histories, llegir, i dibuixar.
I jo, doncs, se'm donarien bé els esports. Cosa estranya. Molt estranya.

viernes, 28 de octubre de 2011

Paranoia d'hora lliure X-

I si, tot plegat, resultés ser tot un somni? Un d'aquells que somies una nit massa llarga, si, en el qual tens diferents etapes.
Sí, un d'aquells en els que despres, et despertes com qui no vol la cosa, et beus un cafè i marxes cap a l'institut com qui no vol la cosa.
Es podria considerar, dins del considerable en el cap de'n Dani, que era el somni més estrany que havia tingut mai.
Però llavors, hauria de poder dominar-lo; hauria de poder sentir-se feliç encara que sapigués que la Joana estava amb en Marcel, que aquest alhora estava amb la Mònica i que aquesta, no alhora però si feia molt poc, havia estat enrotllada amb un altre paio. Havia investigat sobre el tema.
I es sentia tan trist, que no ho podria desciure amb paraules. La única que podria voler dir alguna cosa semblant era la desesperació.
Mai s'havia imaginat a ell mateix plorant, fins a que li va passar.
I la desesperació era el que el tombava, i el que voldria eliminar d'una vegada per totes.

"Déu meu com hi van aquests!", pensava l'Iris rere la porta de l'habitació de la seva germana, des de la qual es podien veure dos parells de cames ben enganxades, fent certs moviments i fent, d'alguna manera, un acte d'amor barroer (L'Iris no ho considerava amor, si nó necesitat, en aquell moment).
De manera que, per a putejar més a sa germana, va decidir clickar el PLAY del seu mòbil, i va començar a gravar...

Dorm- Els vuit

Dorm, ja fa molt temps que tot és fosc
I a poc a poc entres al meu món,
On tot és possible si em segueixes
I deixes de tenir por.

Dorm, tens tota la nit per descobrir
Només si tu vols, somia amb mi.
Jo et portaré per molts camins
Fins que el sol ens sorprengui al matí.

Llums de colors mai s’apaguen al teu cor;
Trens i un destí, l’horitzó.

Dorm, ja queda menys per arribar.
Dir adéu mai no t’ha agradat
Sempre ens quedarà demà
Per continuar somiant.

Llums de colors mai s’apaguen al teu cor;
Trens i un destí, l’horitzó.

Llums de colors mai s’apaguen al teu cor;
Trens i un destí, l’horitzó.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Paranoia d'hora lliure VIIII-

Ja m'aborrien els Simpsons i els seus capítols repetits, així que vaig decidir d'apagar la tele i posar-me a cuinar alguna cosa, que ja tenia gana i començava a aborrir-me en extrem.
No vaig avisar a ma germana, que estava amb en Marcel a l'habitació, unicament perquè no volia veure com ma germana es tirava a un altre noi.
La setmana pasada, es va tirar a un noi que va trobar pel carrer, i avui s'està tirant al Marcel. Suposo que no té remei, la Mònica.
Hem vaig dirigir cap a la cuina mentre escoltava els gemecs que anaven donant els dos adolescent excitats. Ha... té gràcia que ho digui d'aquesta manera...

Era en Dani, n'estava completament segura. Estava segura que el noi amb qui m'havia topat era amb en Dani, i ara ja sabia per què plorava.
Havia entrat al facebook feia uns minuts i havia inspeccionat tot el que hi podia haver en el seu perfil: horoscops, e-mail, grups afegits, pàgines agregades de "me gusta", filologia, inspiracions, relacions, mur i fotos, i estava completament segura de tres coses.
La primera, era una acosadora.
La segona, m'estava enamorant d'ell.
I la tercera, però en absolut meny important, era el motiu pel qual plorava.
Resulta quasi increible que coses d'aquesta magnitud es puguin arribar a publicar en la web, però la gent està molt boja i ara per ara m'ho he d'esperar tot.
Al que anava: ell està (o estava) enamorat de la Joana, i ara ella està amb en Marcel. Però en Marcel està alhora amb la Mònica i tenen un lío allà montat que no sé com no l'han portat per a una telenovela.
Tanco el facebook. Suposo que es hora de dinar.

Abans d'entrar per la porta de casa, havia concentrat tota la meva energia per a tranquilitzar-me, ja que encara estava sanglotant.
L'Alexandra havia fet el que tenia que fer, i l'hi havia d'agrair més tard.
Però això no treia que estigués plorant com una magdalena, i llavors hem vaig donar compte del que tot allò havia resultat un shock dins meu, i ara hem tocava recuperar-me.
Recuperar tot el guanyat i tot el perdut en aquells darrers dies, i reestablir dins meu una nova Joana: la Joana que és lliure, que no pateix i que viu tant al màxim que la gent que l'envolta creu que es feliç. Tot i que, d'altra banda, no ho és.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Paranoia d'hora lliure VIII-

Si m'haguessin explicat tot el que haver-ho dit significaria, potser li hauria fet cas i m'ho hauria guardat per a mi, mantenint-ho tot en secret.
Si m'haguessin dit que, un cop ho hagués explicat tot, m'hauria de sentir tant malament, de debò que no ho hauria fet.
Però no m'ho van dir, i per a bé o per a mal, ara ja no ho puc canviar. Ara ja està fet, i no ho puc desfer.
Pensava en això mentre pujava a l'autocar que hem portaria fins a Rialp, en els tres o quatre minuts en què estaria allà tancada, mirant per una finestra com passava el paisatge, i pensant sobre el que havia fet.
La Joana, tot i estar plorant, m'ho havia agraït. Valorava el fet d'haber estat valenta i haver-ho dit, i tant l'Adriana com en Guerau estaven amb mi en tot això.
Però hem sentia tant malament... ara ja no savia que pasaria amb tot això; si la Joana es vengaria, o si en Marcel ho faria amb mi. No amb aquell sentit. Ni amb cap sentit especial. Simplement, fer alguna cosa per a ferir-me: trencar-me un braç, o una cama, escampar rumors o mentides... una venjança com qualsevol altra.
Tindria que afronar-ho com una valenta, perquè jo no era una estúpida, ni una persona dèbil. Per això lluitaria amb la Joana, i buscaria l'ajuda del Guerau i l'Adriana.
El que hem preocupava de debò, i potser era el punt més delicat de tot, era en Dani.
Dani, si poguesis saber com lamento tot això, potser pensaries de debò que no sóc una mala persona. No sóc una mala persona, no ho he dit per a ferir-te.
És tot tant complicat...

Corria tant com podia pels carrers, intentant oblidar com m'havia deixat el meu nòvio aquell matí, a l'hora del pati.
Era tant lamentable que jo, la Sònia, hagués estat plantada d'aquella manera...
Hem queien les llàgrimes sense control per la cara, quan vaig topar amb un noi que tenia aproximadament la meva edat. Anava amb mi a l'institut, però no m'hi havia fixat mai gaire.
Estava plorant, igual que jo, i semblava igual de sorprès de trobar-me en aquell estat que jo de trobar-me'l a ell.
-Ho sento.- Va dir, i va girar cua esquivant-me, i vigilant que no veiés com plorava, encara que jo ho hagués vist molt abans.
-Què et passa?
Vaig ser ràpida i directa, tenaç i sincera, a l'hora de mostrar la meva curiositat cap a ell.
-Hem sap greu, però no és assumpte teu.
-No pots ni tan sols dir-me amb què te a veure?
-Ja t'he dit que no! No et conec, no sé el teu nom i no tinc per a que explicar-t'ho. I punt.
Llavors va ser quan hem vaig adonar que aquell noi havia fet que deixés de plorar. Aquell noi, havia fet que oblidés al meu nòvio.

En Marcel s'estava pasejant per casa meva com si el fet que l'Iris estigués mirant la tele no importés, i anava parlant de la Joana mentre em tocava el cul. M'excitava de sobremanera, però temia que l'Iris s'adonés de tot.
-Fes silenci, siusplau, que hi ha ma germana!
-Au va...!
I hem calla amb un petó, mentre passeja la llengua per la meva boca com si fos l'últim dia que ho pogués fer, mentre hem toca els pits com si fos seva.
-Marcel... va, siusplau deixa-ho per a després.
-Mònica, no puc deixar una cosa tan única per a després.
-Després... després més, Marcel.
No hi havia manera de parar-lo, així que hem vaig posar jo també per feina. Ma germana, però, estava massa ocupada mirant la tele.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Incendio

Un manto blanco cubría el cielo, haciendo que la luz que se filtraba a través de él fuera escasa a esas horas. Era muy posible que pronto empezara a llover...
Me preguntaba dónde estaría Jorge, y que estaría haciendo para hacerme esperar media hora de ésa manera, delante de un portal en el que no paraba el flujo de gente.
“Tranquila, tranquila...”, me decía a mi misma para no salir corriendo de allí.
Una señora algo mayor, de unos cincuenta y tantos años, salió del portal y se quedó mirando cómo sacaba mi móvil y escribía un mensaje con el pulso agitado.
No parecía tener un interés especial por ése aparato electrónico, así que supuse que me conocía y me dirigí a saludarla cuándo miró el reloj con un gesto nervioso y se fue corriendo calle abajo. Bueno... “corriendo” no es exactamente cómo salió, sólo una manera de expresarlo.
Así pues, algo extrañada y enfadada, me dirigí hasta mi casa para abandonar esa espera que me tenía algo cansada ya.
Las calles estaban vacías y oscuras, y las pocas tiendas que aún quedaban abiertas iban cerrándose a medida que yo iba pasando por la solitaria calle.
A cada paso que daba, a cada segundo que pasaba, una sensación de incomodidad iba invadiendo mi cuerpo. Y no sabía el por qué.
El por qué estaba, sin embargo, a dos calles situadas paralelamente de la que estaba yo.
Me enteré esa misma noche, cuando, en las noticias apareció la calle de Luján, una prima de Jorge, e indicaban que un incendio se había producido en una de las casas de la calle 14.
Sorprendida y aterrada, subí el volumen haciendo caso omiso a las quejas de mis padres mientras un hombre contaba los hechos con un fondo desolador:
-Todo ha ocurrido esta misma tarde, cuándo el joven se disponía a abandonar la casa. Entonces, según cuentan la policía y los bomberos, se cayó una sartén con aceite encima del sofá y empezó a quemarse debido a la alta temperatura de ésta. Tanto la mujer cómo el joven estaban fuera de la casa cuando eso ocurrió, y el incendio no se ha cobrado víctimas mortales.
Aliviada, me fui a mi habitación a llamar a Jorge. Cuándo escuché su voz, me sentí aliviada de repente.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Lo que aguarda en la sombra

JUEVES
Era un buen día, se dijo, y debía comprobarlo lanzándole la pelota a Hugo, su perro, que disfrutaba tumbado al Sol.
Definitivamente, la primavera estaba llegando a sus vidas, y muy pronto volverían a verse, sea en ésta u otra ciudad.
Se sentía tan bien, y se alegraba tanto de cómo habían ido las cosas esas ultimas semanas, que no le preocupaba en absoluto el hecho de que se hubiera ensuciado la camisa con el barro de las patas de Hugo.
Se levantó y fue a cambiarse la camisa mientras el perro ladraba por su ausencia en el jardín.
La casa estaba limpia, y todo estaba en su sitio, así que esa mañana podría dedicarla exclusivamente al cuidado del jardín, el cual empezaba a llenarse de malas hierbas.
Al pasar por el pasillo del segundo piso, le dedicó una sonrisa nostálgica a la fotografía de Susan.
Había pasado tanto tiempo de todo aquello, que ya no recordaba cuán implicada estuvo ella en todo el asunto. ¿Llegaron a detener al culpable?
Por más que pensara, no conseguía recordar nada.
Abrió el armario decididamente, cogió la primera camisa que encontró y se quitó la que llevaba puesta, poniéndola inmediatamente en el cubo de la roba sucia.
Fue entonces cuándo se dió cuenta de un pequeño detalle: Hugo no ladraba.
Se había pasado todo el rato ladrando des de que se fue del jardín, pero ahora había dejado de hacerlo. No le dió importancia, y se fue a la cocina a por un vaso de leche bien fresca.
Tenía la intención de tomarlo en el jardín, aprovechando el buen tiempo que hacia, pero nada más poner un pie en éste, advirtió que Hugo no estaba allí.
-¡Hugo!- Le llamó.- ¡Hugo, ven!
Nadie contestó a su llamada y empezó a asustarse de verdad. Se calzó unos zapatos y empezó a buscar por el barrio, aunque era verdaderamente extraño que hubiera saltado la valla del jardín él solo. Aún con ayuda, era imposible que una persona normal lo saltara. Entonces... ¿cómo iba a hacerlo un perro?
Pero la ausencia de Hugo en el jardín, indicaba que había salido de éste, pues resultaba difícil creer que hubiera entrado en la casa con la puerta cerrada...
Desesperada, recorrió una a una las calles, gritando el nombre de su perro, pero nunca obtenía respuesta.
Pensó en llamar a la policía, pero se contuvo en pensar en lo ridículo que le parecería esto a un policía. No se trataba de una persona, pero...
-¿Policía? Estoy asustada...- empezó diciéndole al auricular del teléfono.- Mi perro ha desaparecido de mi jardín, y estoy segura de que se lo han llevado...
-¿Está completamente segura de que ha desparecido? Quiero decir... ¿No estará en la caseta de las herramientas o algo por el estilo?
-Eso es imposible. Mi jardín únicamente es una pequeña parcela de hierba cuadrada, con una mesa de plástico y dos sillas.
-Está bien, tratándose de un perro... ¿No podría haber entrado en la casa sin que usted se diera cuenta?
-Qué no, qué no... que la puerta la he cerrado dejándolo fuera...
-Está bien.- Bufó el policía.- Ahora voy para allá.
Se sintió más tranquila en saber que un policía iba a hacer lo posible para encontrar a Hugo.
El policía se presentó en su casa a los quince minutos, y empezó por ver el jardín.
-Pues... tenía usted razón. Des de un punto de vista lógico, es imposible que un perro salga de aquí él solo. ¿Cómo es?
-¿Hugo? Pues es un perro blanco, con anchas marrones, y no mide más de un metro.
En ese momento sonó el timbre de la puerta principal, e un ladrido casi ahogado se pudo distinguir entre el sonido de un cascabel.
Tanto ella como el policía se dirigieron hacia la puerta con un ritmo ligero y ansioso, y cuándo la abrieron, encontraron a Hugo con un cascabel atado a la oreja, y un collar con una inscripción.
-Dios mio...- Dijo el policía.- Esta semana ya van tres.
Rosa se giró, asustada, y le preguntó al policía a qué se refería mientras le quitaba el collar y el cascabel a su perro.
-En una calle distinta a esta, a dos manzanas de aquí aproximadamente, desaparecieron dos perros. Cuando la policía hizo acto de presencia en las casas de los denunciantes, el perro apareció en la puerta con un cascabel y un collar con una inscripción. Por cierto, ¿qué pone en este?
-El sonido de un cascabel indica mi llegada.
El policía soltó un bufido.
-Lo mismo. Exactamente lo mismo que en las dos anteriores ocasiones.
-Disculpe pero, ¿tengo motivos para estar asustada?
-La verdad... no sabemos qué pensar. Pero el hecho de que nos indique que vendrá es algo desconcertante. ¿Le importaría venir conmigo a comisaría?
-No. Cojo las llaves y vengo con usted.

SÁBADO
Era sábado, habían pasado dos días desde que ocurrió ese incidente con Hugo y estaba muy asustada. Creía oír cascabeles por todos lados y tenía la sensación de que se iba a volver loca. La policía le había puesto sobre aviso, y estaban patrullando la zona, pero no se sentía en absoluto segura.
Andrés volvía hoy de su viaje a Estocolmo y Lucía venía con él. Su Lucía... ¡cuánto había crecido! A veces se preguntaba si el tiempo pasaba igual de rápido para ella que para los demás.
En ese momento fue cuándo el teléfono sonó rompiendo el silencio de la casa.
Hugo, que no se había separado de ella en toda la noche, pegó un salto del susto que le dió el ruido del teléfono, y Rosa tuvo que calmarlo antes de descolgar.
-¿Diga?
-¿Rosa?
-Si, soy yo. ¿Quién llama?
-Somos de la policía.
-¿Y qué quieren?
-Venga a comisaría lo antes posible, no se demore.
-¿Qué ha pasado?
Pero ya nadie estaba escuchándola al otro lado de la línea telefónica, pues habían colgado. Rosa pegó un suspiro también antes de colgar, asustada, tras esa llamada desconcertante.
Aún así, tardó unos veinte minutos en llegar a comisaria. Había dudado de si era conveniente traer a Hugo o no después del secuestro que este había recibido hacía dos días, pero optó por dejarlo en casa, con la puerta cerrada.
Cuándo llegó a la comisaria se dió cuenta de que había un hombre sin uniforme, y supuso que se trataba de una de las víctimas a las que robaron el perro. Pero faltaba la otra...
Al parecer, la otra víctima era Sonia Carrascos, y había aparecido muerta esa mañana en la cocina de su casa. No quisieron contarles los detalles, pero les contaron que a partir de ese momento se iba a incrementar la vigilancia mientras no se encuentre al culpable.

DOMINGO
La vigilancia no fue suficiente y esa misma mañana apareció muerto la otra víctima, el hombre que estaba con Rosa en la comisaria hacía apenas un día.
Ese hecho causó una gran conmoción en los medios, y no se hablaba de otra cosa en las noticias. Algunos especulaban y, aunque nadie sabia lo de las inscripciones en los collares de los perros desaparecidos, los periódicos daban a entender que podría tratarse de un asesino que tenía muy claro a quién mataba, debido a que las dos víctimas habían aparecido muertas en la cocina.
Rosa estaba aterrorizada, aunque había ido a pasar unos días a la casa de verano en Salou con Andrés y Lucía para sentirse mejor.
Pensaba que lo mejor sería desconectar de todo y alejarse de un lugar donde pudieran localizarla con tanta facilidad. Y su familia pensó en Salou. Y a Salou se iban.
Andrés le había dicho que no se preocupase, que cualquier hecho anómalo que ocurriera avisaría a la policía cuánto antes.
Estaba aterrada, aunque lo escondía.

LUNES
Lucía acababa de levantarse de un largo y cansado sueño a causa de un ruido muy extraño al otro lado de la puerta. No le dió importancia y decidió levantarse y comer algo antes de irse a la playa a pasar el día.
Abrió la puerta con suavidad, y con el presentimiento de que algo no iba bien.
Hugo estaba en el pasillo, tumbado, y parecía estar durmiendo plácidamente. La puerta de la habitación de sus padres estaba abierta y no cabía duda de que no estaban en la cama.
Bajó las escaleras con sigilo, mientras escuchaba lo que estaban diciendo sus padres.
-No cabe duda de que sabe que estamos aquí.- Empezó a decir Andrés.
-Sí, lo sé. Estoy aterrada.
-He llamado a la policía, están de camino. Mientras tanto, tómate un café.
Lucía vió cómo Rosa cogía la taza de café y bebía un largo sorbo.
No sabía si seria conveniente bajar con sus padres o quedarse en la cama, pero antes que pudiera decidirse, un golpe en su cabeza terminó con sus dudas.
Perdió el equilibrio y cayó por las escaleras causando un gran escándalo, que asustó a sus padres.
-¡Lucía!- Gritaron a coro.
Fueron corriendo hacia ella, pero un golpe en la cabeza de Andrés frenó en seco tanto a él cómo a ella que, muerta de miedo, empezó a gritar.
Le taparon la boca y la llevaron a la cocina, dónde a penas tuvo tiempo de distinguir quién había atacado a su familia.
Distinguió enseguida la cara del policía que la había atendido el jueves pasado, y a otro hombre que no conocía.
-¿Por qué?- Murmuró entre lágrimas.
-Silencio, tranquila.
-¿¡Por qué?! ¡Suélteme!- Gritaba Rosa.
-Somos de la policía, estamos aquí para ayudarla.
-Mi familia... ¡mi familia!
Justo entonces una patrulla entró en la casa, esposando a Lucía y a Andrés.
Rosa, atónita, no tuvo tiempo de pensar antes de que la policía le contara que una de las víctimas (no contó cuál) había sobrevivido el tiempo suficiente como para dejar escrito el nombre de su asesino.
Al parecer, Lucía y Andrés habían desarrollado una mentalidad oscura en su estancia en Estocolmo y, al llegar, ocurrió el asunto del perro y los asesinatos. Una vez se despertaron no quisieron contar por qué lo hacían, pero no hacía falta.
Rosa sabía el por qué.
Des de un principio solo querían matarla a ella, el resto era para despistar.
Lo había deducido en cuando vió la portada de los periódicos de esa mañana, en dónde no indicaban que hubiera aparecido otro perro en la puerta de una casa, y le pareció sospechoso que ella fuera la última, en el mismo orden que en el de las desapariciones de los perros.
Así pues, se dijo, las cosas no iban tan bien como ella se pensaba que iban.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Sandra & María- Un mes después

María, tras unas largas semanas de recuperación en el hospital, logró salir adelante y continuar con su vida mientras se seguía buscando al culpable de su agresión.
El primer día, fuí a por ella en cuanto la vi entrar, toda hermosa ella, por la puerta principal del instituto.
Pero nada más llegar a su lado para abrazarla, me di cuenta de que se llenó de curiosos que querían que María les dijera que estaba bien, que les contara lo que pasó, como pasó y, para terminar, les agradeciera de manera sincera su interés.
Eso me cabreaba, porque me hacía pensar que María era un mero juguete para la gente cotilla que estudiaba en el instituto, y no una alumna normal y corriente. Aunque, tal vez, solo eran imaginaciones mías... ojalá fuera así, la verdad.
-Sandra, ¡me alegro tanto de verte!- Dijo María tras despachar a cuatro curiosos que querían saber su estado.- Pensé que nunca saldría del hospital.
-Te he echado de menos. Es decir... no de un modo apasionado, porque a penas nos conocemos, pero yo... esto... me cuesta decirlo. Que quisiera que volviéramos juntas a casa, como aquel día.
María sonrió, satisfecha, tras ver que intentaba recuperar nuestra amistad des del mismo punto en el que lo dejamos.
-Por supuesto que sí, Sandra. ¡Sólo me faltaba rechazar a la que fue y es, mi primera amiga aquí!
-Si, supongo.- Añadí con una sonrisa, mientras la acompañaba hacia su taquilla para que cogiera las cosas que iba a necesitar esa mañana.
-Sabes...- Empezó a contar María.- Pensé que tal vez no recuperaríamos la poca amistad que hicimos ese día.
-¿Por qué?
-Suele ocurrir.
Y de ese modo se despidió de mi de una manera extraña, entrando en clase tras regalarme una de sus bonitas sonrisas.

Paranoia d'hora lliure VII-

-Que en Marcel...
La Joana, que acabava d'escoltar el que l'Alexandra li deia, es va deixar caure en un banc que hi havia a la entrada (o al mateix temps a la sortida) de l'institut, tota conmocionada.
Les llàgrimes, grosses, li tapaven la vista de tal manera que no podia ni distingir a l'Alex d'entre tota la gent que sortia per la porta de l'institut.
Fem una mica de memòria:
Després que en Dani i la Joana fessin un dels pasos per a sentir-se més adults interiorment, va aparèxer en Marcel, un noi molt guapo i que estava molt bo, i la Joana ho va voler aprofitar per a posar gelós a en Dani.
Però no li va acabar de sortir del tot bé, ja que va aparèixer la Mònica i va decidir que en Marcel seria seu.
Van anar tots tres (Marcel, Mònica i Joana) al lavabo per a aclarir tot aquest assumpte, i la Joana en va sortir sola pensant que la Mònica no havia fet res de dolent. Però la veritat, era que en Marcel i la Mònica s'estaven relacionant d'una manera molt íntima en una de les cabines del lavavo, i l'Alex, que va anar al lavabo sola, els va descobrir i va decidir explicar-ho a la Joana. I aqui ens hem quedat...

-Joana, de debò que hem sap greu, però trobo que és millor dir-t'ho.
-No, si jo... jo... t'ho agraeixo però... el cop... no deixarà mai de ser fort... per a mi.
L'Alexandra es va asseure al costat de la Joana, que s'apurava en assecar unes llàgrimes que no deixaven de sortir.
Per la porta, de sobte, va aparèixer en Guerau i en veure a la Joana tan xafada, va anar sense dubtar ni un segon a veure què li passava.
L'Alexandra va veure que la pobra de la Joana no podria explicar ni tan sols que en Marcel no estava amb ella, aixi que va prendre el seu paper.
-Déu meu, si això sembla un culebró de la tele!- Va cridar en Guerau en escoltar tota la història.- No, si ja deia jo que la Mònica només portarie problemes...
-Però... no, en Marcel... m'estimava?
Quan va haber pronunciat aquelles paraules, es va donar compte de que era una estúpidesa quedar-se plorant com una madalena, aixi que va decidir que buscaria a la Mònica i l'apallisaria, i quan ja estigués mig morta, la lligaria amb uan corda a dalt d'un arbre perquè pressenciés la pallisa que li donaria a en Marcel. I ella no podria fer res per a evitar-ho.
-Fes el que vulguis.- Va dir una veu coneguda.- Jo ja m'he cansat del teu joc rastrer.
L'Alex, que fins a aquell moment havia estat asseguda al costat de la Joana, va girar el cap amb tantissima energia que va estar a punt d'aixecar-se sola.
En Guerau, es va limitar a girar-se mentre escoltava unes passes que anaven cap a ells.
Pero la Joana, que va ser la primera en distingir la veu de la persona que parlava, es va aixecar de cop, tot expectant.
-Adéu, Joana.
I, tot quedant-se-la mirant un segon, va desfer el camí cap a la porta.
-Dani...- Va murmurar la Joana.- Dani...

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Viento del norte

Eso era el viento del norte.
Lo había sentido en más de una ocasión en todos sus viajes al extranjero, e incluso había tenido la ocasión de palparlo.
Pero ahora... ahora era distinto. Ahora no lo sentía del mismo modo que antes.
Antes era una liberación poder contar con su colaboración, le hacía sentir que realmente estaba haciendo lo correcto.
Pero no era así esta vez. Esta vez, el mismo viento le indicaba que no hacía lo que debía hacer. Que no viajaba para satisfacer a los demás, si no para satisfacerse a ella de un modo incorrecto.
Mario, su marido, le había pedido que no viajara más. Paúl, su hijo de apenas 9 años, le había no dicho, si no rogado, que se quedara en casa. Pero el problema era que ella no quería.
Ella quería volver a sentir el frío viento que se adentraba en su cabello y lo hacía flotar en el aire, quería que le acariciara la cara y le hiciera sentir que todo su cuerpo estaba helado. Ella quería ir al norte otra vez para encontrarse con ése viento.
Para ella, era cómo su razón de existir.
Viajar al norte y descubrir que nunca se hace de noche, o que, al mismo tiempo, nunca se hace de día. Ver parajes vikingos que no podría ver si se quedaba en casa.
Por ese motivo habían discutido esa noche: por el viaje que quería hacer a Suecia en las siguientes dos semanas.
Y ella estaba furiosa debido a la falta de comprensión de Mario y de Paúl.
Bueno... a su hijo no le podía culpar demasiado porque sólo tenía nueve años, pero que, al mismo tiempo, no lo entendiera, la enfadaba.
Entonces las cortinas que colgaban de la ventana se adentraron hacia la habitación, y dejaron pasar un aire helado.
O más bien dicho, al viento del norte.
Y entonces lo comprendió: comprendió el por qué no debía hacer ese viaje.
Era por su familia, que le pedía que se quedara en casa y sintiera el frío des de su propia cama.
Sonrió para sí misma mientras se dejaba mecer por un aire suave y helado que, poco a poco, la iba adormeciendo.
Podía sentir el viento de norte desde su propia cama. No necesitaba viajar a Suecia.

jueves, 18 de agosto de 2011

Els ulls de la Laura

Com estimar... Ningú no s'ho ha preguntat mai?
Des que la Laura es va morir, jo m'ho he preguntat constantment.
Ella sabia estimar. I no solament perquè fos una gran persona, sinó que ella mirava a la gent amb uns ulls diferents als meus. Per ella, les persones erem uns jardins preciosos on només i florien esplèndides roses irradiant benestar, o uns pomers que tenien delicioses pomes tot l'any, fos com fos.
Per això era tan valuosa la seva vida... i suposo que per això Déu se la va endur, perquè ja n'havíem gaudit prou. Tot i així... tot i així no deixo de recordar-la.
Ara, quan miro a la gent, intento utilitzar els ulls de la Laura, veure les esplèndides roses irradiant benestar, o les delicioses pomes del pomer... però encara no puc.
Quan miro a una persona sola, no puc veure res més que no sigui la marginació que l'envolta. La Laura, en canvi, podria veure-hi la capacitat de raonament, indepèndencia i, fins i tot, podria veure-hi un toc de misteri que la feia interesant. Jo, per més que m'hi fixava, no aconseguia veure-hi res més que marginació... molta marginació.
Ella era... era com una llum que no feia cas dels perills, perquè no n'hi havia, i tu t'ho creies i continuaves endavant, confiada.
La Laura mai va dir a ningú, i molt menys a mi, que tenia càncer.
Es va morir de càncer mentre tothom al centre es pensava que la vital, optimista, riallera i positiva Laura, tenia un refredat... i no pas que s'estava morint de càncer.
Ella era així. Segurament li feia mal que no l'anéssim a veure, però mai volia que tinguesim una imatge d'ella com una persona que depén de medicina per a sobreviure. Bé... no es que ens ho digués així, però tothom tenia aquella idea de la Laura. I, junt amb aquesta idea, se'n va anar.
I jo encara continuo intentant utilitzar els seus ulls per veure a la gent. Per veure que un maltractador és una persona astuta, que el pallaso de la classe realment fa gràcia, que un treballador que s'adorm dilluns al matí sí que sap divertir-se els diumenges a la nit, que un conservador aprèn bé el que li enseñen de petit. Però jo, en aquestes persones només hi veig crueltat, estúpidesa, incompetència i vell d'esperit.
Però és ben normal perquè, després de tot, no sóc la Laura.

miércoles, 29 de junio de 2011

La asesina del hombre de Cuenca

Lo que no puedo decir és el por qué de las cosas.
Sí, soy yo y estoi aquí haciendo esto, pero no puedo decirte porqué soy yo o porqué estoi aquí o porqué hago esto. Simplemente, hay que ver los hechos y no las causas de estos. Al menos, eso pensaba yo antes. Antes, al menos, de conocerte.
Sí, sí, no hagas cómo si no hubiera pasado nada. Tú y yo, somos como el cóctel invencible, y por eso pensé que las causas no importaban siempre que los hechos ocurrieran.
Pero lo que no imaginé, fue que tú tal vez no pensaras igual. Y entonces me planteé a mi misma que tal vez las causas eran lo que determinaban los hechos, y que entonces í importaban.
Por eso le maté sin previo aviso. Porqué quería tener un motivo para hacerlo antes que tu. Y ese es el porqué, ni más ni menos.
Todo ocurrió de noche, bajo la tenue luz de una luna sostenida por un palo en el arcén de la acera.
Tenía ya preparado de antemano un cuchillo afilado, para defenderme, nada más, porque sabía que si lo utilizaba para matarle entonces encontrarían mis huellas y yo no soy tan tonta cómo para no saber eso.
Así que cruzé el umbral de la puerta y adivina a quién me encontré cara a cara ese martes 13: a ella, a mi futura víctima: Javier Ortiz Navarro, también conocido cómo "El Hombre de Cuenca".
És una historia larga de contar, así que de todas formas no resulta importante el porqué se le llama de ese modo.
En fin, nada, que lo que ocurrió después ya lo sabes: no podía sacar la pistola, así que cojí el cuchillo y cómo bien tonta que soy, luego identificaron mis huellas en el arma del crimen, que tuve que dejar allí porque no podía ir por ahí con un cuchillo ensangrentado.
Así que, cuando termines de reírte de tu peón, piensa que antes ha sido tu reina, que casi daba un haque mate al rei.
Y ahora, mientras pienso en ello, me doi cuenta de que siempre he sido un peón: el peón para tu huida, cabrón.

viernes, 17 de junio de 2011

Paranoia d'hora lliure VI-

I aqui estem, en la última hora lliure de tot el curs. I com de ràpid passa el curs, oi?
Ho vam deixar en el moment en que l'Alexandra escoltava els gemecs i les confesions entre el Marcel i la Mònica, i mentre ella s'acollonia cada cop més en escoltar el què feien...
Es disposava a marxar de puntetes quan la Mònica va sortir de la cabina i la va veure de ple.
-A... A... Alex!!
El Macel surt ràpidament, agafa l'Alexandra pel bras i li tapa la boca tot dient:
-Com diguis una cosa sobre això, et juro que et donare una pallisa!
L'Alexandra assenteix amb el cap i ell la deixa, mentre es corda el pantaló i baixa el cap.
Caminen tots tres pel passadis, en Marcel al mig, tocant el cul a la Mònica, i apretant fot la mà de l'Alex per recordar-li que ell és més fort.
Quan arriven tots al banc un altre cop, la Joana i el Dani no hi són.
-On han anat?
-No ho sabem.- Diu l'Adriana.- Ens han dit que no trigarien. Pensàvem que havien anat als lavavos amb vosaltre però es veu que no...
En Marcel ja habia deixat de toquetejar a la Mònica i d'apretar fort la mà de l'Alexandra, que s'habia assegut al banc tota seriosa.
-Qualsevol diria que t'han afegit per a fer un trio nena!- Diu el Guerau.
-No, estic cansada. Avui... no he dormit.
-No sembles molt convensuda...
"I es que no ho estic! Ells dos estàven dient com de gran tenien els pits o la... la cosa del Marcel mentre s'escoltaven gemecs! Què collons vols que faci? Riure?!", pensava ella tota esverada. Però no podia dir-ne res.

Mentrestant, la Joana i el Dani estàven en una altra sala: la classe de biologia. Allí segurisim que no el destorava ningu mentre el Dani petonejava el cos de la Joana un altre cop, o mentres tornava a sentirse home d'aquella manera en com s'ho havia sentit aquell dia, llunyà, sí, però aquell dia.
-Pensava que tu i el Marcel...
-Calla...- Diu, tot besant-lo.- No tenim res. Era per posarte gelós.
-Tindriem que tornar.
-Sí...
Baixaven pels passadisos; una escala, dues escales... fins que arriven al banc i se'ls troven a tots.
Felisos, no tenen por de semblar-ho i s'endinen altre cop en el moment en que estàven abans.
És l'hora de sortir, i la Mònica i el Marcel van per una banda, i la resta de gent excepte el Dani per l'altra, i després de reflexionar tota l'hora l'Alex decideix parlar-li a la Joana.
-Joana, tu i jo hem de parlar a soles.

I el brunzit de les fulles en moure's a causa del vent d'estiu, fa que tot sigui més tràgic, dramàtic i perturbador...

viernes, 3 de junio de 2011

Un altre dimecres d'hora lliure (V)

Aquest cop ja es van trobar tots al passadis que anava des de l'aula polivalent fins a la porta que donava la sortida al món exterior, d'aire i de vitalitat, on també hi feia calor.
Una calor que excitava als joves. I més a aquests joves.
Uns joves que anaven ven decidits cap al banc entre pins, on es van asseure com van poder.
El Marcel, en canvi, dubtava com seure, perquè avui també hi havia la Mònica i es clar, també la Joana...
Es va seure entre les dues, deixant a en Dani en un segon planol irritant que li feia moltisima ràbia.
-Marcel, maco...- Va començar a dir la Joana- La Mònica i tu sou...¿
-Amics.- Va acabar ell, tot serios.
Tot i així, ningú d'allà s'ho acabava de creure així que fingiren que eren comprensius en la situacio i exteriorment no s'hi van ficar. En canvi per dins, tothom es preguntaava la mateixa pregunta:
¿Fins quan aguantaria el Dani tota aquella tortura?
Van passar uns quinze minuts de pau aparent fins que el Marcel va demanar a la Joana uns moments d'intimitat, i ella el va seguir amb la Mònica fins al lavabo.
-Mònica, tu qui ets i què fas amb el Marcel?
-No hi faig res.
Van callar, silenciosos en la mentida que era tant evident.
-Bé, potser m'h apropo molt, però és ben normal.
La Joana la entenia: ella mateixa s'hi apropava molt i encara no tenia res amb ell.
Així doncs, la Mònica va tenir un pla per a la Joana, per a ajudar-la.
-Tu vas amb el Dani, sola, mentre ell i jo parlem a les escales o alguna cosa així i d'aquesta manera li fas veure que si que li importes, pero s'adonarà que no de la mateixa manera i no et podrà recriminar res en cas que tingues pensat fer-ho.
A la Joana li va semblar bé el pla i el va dur a terme en menys de cinc minuts, innocent com n'era, mentre en Marcel s'apretava a la Mònica en una de les cabines del lavavo de noies.
-En realitat, tu ets millor Mònica.
-S'ho ha empassat la pobra...
Un petó del Marcel la va fer callar. O potser va callar més coses que s'haurien d'haber dit, més coses que haurien de sortir a la llum, com el dia anterior en Marcel realment havia tingut un contacte sexual amb la Joana, però el va trobar poc apsionat en comparació amb el que ell veia capas a la Mònica.
Però no donava temps a explicar tantes coses quan, en un tres i no res, et trovaves a una noia despullada, molt bona per cert, davant teu. I t'oferia els pits sense timidesa, s'oferia a fer-te coses sense tallar-se, i sense queixar-se del fet d'haver anat massa ràpid, i en un lloc com aquell.
Però el Marcel que la Joana havia conegut era diferent al Marcel pervertit i sortit que era en realitat.
Tot i tenir un fisic realment bo, i un pel atractiu, amb un aspecte de poder ser el noi més tendre del món, però alhora ser el més malparit.
I ell era, mentre estava al lavabo, el noi més malparit del món sencer, en aquell moment.
I la pobra Joana, que es pensava que la Mònica feia el mateix que ella i que ella no serie tan puta d'enrotllar-se amb en Marcel quan exactament era allò el que estava fent. Quan era allò, exactament, el que ella pretenia enviant-la amb en Dani.
Però l'Alexandra, quan va veure apareixer la Joana sola per les escales, no es va creure res i va anar al lavabo.
I allà mateix, al lavabo de noies, va escoltar coses que ni sabia que passaven allà dins.

viernes, 20 de mayo de 2011

Dimecres d'hora lliure (Parida d'hora lliure IV)

L'ultima hora lliure va ser un tant estranya: per algun motiu, en Dani va marxar abans, i la Joana i en Marcel es va quedar quasi callats perquè el seu plà no tenia sentit si el Dani no hi era.
I quin plà, us preguntareu tots.
La Joana no és tan escalfabraguetes com sembla, tot i que l'altre dia va decidir pasar-se una mica amb el Dani per jugar amb ell, per veure si es posava gelós. Al final va decidir que habia estat tot un gran fracàs i va decidir que si no venia a la seguent hora lliure per a tornar-ho a intentar amb més tranquil·litat, no ho suportaria i s'hauria d'enrotllar amb en Marcel.
Però anem pas per pas.
"El Dani no ha vingut, però en Marcel si," Va començar a pensar la Joana "potser em puc enrotllar amb ell. Està bo, per més que el Guerau hem digui que tinc mal gust. I què si m'agrada? Prou que en té ell, de mal gust!".
Es va asseure en el seu banc, al costat del Marcel, que de seguida es va alterar davant la presència de la Joana.
-Joana,hola.- Va dir nerviós.
-Hola, Marcel maco!- Va dir aixecant la veu perquè en Guerau els escoltés, ja que es trovàven a pocs metres de distància: ell caminant cap al banc i ells quasi entortolligats en una empalagosa abraçada.
-Marcel maco!- Va imitar en Guerau.- Vols veure'm els pits que tinc? Són grandísims!
-Calla tu!
-Callaé quan vulgui, no trobes bunica?
-I tant que n'és, la Joana de bonica!
-Ems, guapet que a tu ningú t'ha dit res. Treu les mans d'aquí,- Assenyala les cuixes de la Joana.- que això és territori Dani.
La Joana mira al Guerau amb aires hostils, i quan està a punt de dir una cosa, un volant de badminton aterra al seu cap, tot lliscant fins a caure entre els seus pits.
-Joana marrana, que atreus fins i tot als volants de badminton cap als teus pits!-VA crdar un noi des de l'aula polivalent.
-Hem torna a caure una cosa aquí, i ja veuràs el que faré!
El noi fa un gest amb els dits groser i vulgar i tanca la finestra. La Joana no sembla molesta pel fet que li hagi fet el gest, més aviat s'ha quedat enrojolada i pensativa.
Tot seguit, pensa en enrotllar-se amb en Marcel i la idea li passa fugaç quan es dona compte, sense saber ben bé que pensar, que la Mònica (que va a la mateixa classe que ella) s'acosta cap al banc, s'asseu al costat del Marcel i se li abraça tota tranquila.
I llavors comença a parlar amb ells com si dugués tota l'hora (o la vida) allà. I això, a la Joana, la posa dels nervis.

martes, 10 de mayo de 2011

Caminant per la pluja

Ara per ara només caminava entre cortines d’aigua, que queien amb força en algun punt de l’exterior. Però jo caminava sense ànims i doncs, no n’era gaire conscient fins que algú hem va donar una forta empenta i hem va pispar la cartera, tot cridant insults grollers dirigits clarament a mi. I és que potser es pensava, ell també, que no plovia dins la gent, i que per tant jo no tenia cap preocupació.
Però suposo que ho va descobrir, que no hi havia res d’interès dins la cartera. Jo era una persona molt trista i depriment i no tenia amics. Amics, al menys, que intentessin ajudar-me.
Hem vaig aixecar del basalt d’aigua tot escopint al terra, i vaig tenir un calfred. Sentia que necessitava un got de xocolata calenta, d’aquella tan bona que hem preparava la mare.
-I si vols una cosa per què no ho intentes?- Va preguntar la mare.- No perds res en intentar-ho, oi?
-Sí és clar que no, però...- Va dir l’Agnes tot rememorant les paraules que acostumava a dir la seva mare.- Però encara tinc disset anys. No puc treballar i el pare m’odia.
Es va refugiar en un portal, d’aquells tan grans on hi cabria una banyera antiga, i es va escórrer el cabell, xop per la pluja. Pensà que aquella no era la seva vida, que ella en devia de tenir una de millor, en algun lloc, i ara aquella estava reposant en un lloc d’allà o d’aquí, mentre la seva ànima havia anat a parar al cos d’una desgraciada.
De sobte es va obrir un llum dins de l’edifici i l’Agnes es va espantar i després de comprovar que només era una noia que tenia que treure a passejar al seu gos.

lunes, 9 de mayo de 2011

Parida d'hora lliure III

La inquietud travesaba com una fletxa en Dani des de que aquell cregut (i una mica malparit) s'havia unit al petit club de l'hora lliure del dimecres, del qual ell encara no n'havia sortit encara que hagués fet l'amor amb la Joana.
Però la inquietud que el travesa, precisament té a veure amb la Joana.
Resulta que el paio nou (però no tan nou perquè era de l'institut de tota la vida) s'habia quedat sol els dimecres, i s'aborria TANT que va decidir unir-se a la seva petita colla durant les hores lliures. Dimecres passat, és a dir el primer en que es van verue les cares, es va presentar així de feliç al banc del paradís, amb una poma vermella enorme (no de les del paradís) per a la Joana.
-Té, Joana. M'han dit que t'agraden vermelles.
I apa, ja ho tenim. Amb una sola frase ja fa malpensar a tot el grup i a més, aconsegueix encendre la rabia del noi, que va començar a florir dins seu.
-Gràcies. Però no li agraden vermelles, li agraden grogues!- Va dir en Dani. Va aconseguir que tothom malpenses de nou, tot i que aquest cop la Joana va intervenir.
-Ems... Dani? A mi m'agraden de tots tipus.
-Joana, millor que tu no t'hi fiquis per què el que passa aquí és que en Dani està tan gelós que no hi pot. A més, sona FATAL que ho diguis tu.
-Ah, molt bé! Ja malpenseu tots? Colla de merda... i tot per una poma! Porta aquí.- Diu tot agafant la poma de la ma del noubingut.- Per una vegada que una sola persona vol ser amable amb mi...
-Apa! Que jo també ho sóc!
-I jo.
-I jo també!
-Si, és clar. Ara que estic amb aquest noi tan maco i amable, vosaltres alli aneu amb el rotllo de mira-quin-tio-que-esta-amb-la-Joana-que-bo-que-està-anem-amb-ella no? Ja us val colla d'ignorants!
El pobre noi es quedà plantat davant la rapida deducció de la Joana.
-Mira Joana- Va començar a dir en Guerau.- Per començar, ningú t'ha insultat i per acabar aquest tio no està bo, oh Déu meu, s'ha de tenir mal gust bonica!
-Merci pel cumplit Guerau, però jo això ja ho sé.- Va dir ella amb aires de grandesa- I tampoc necessito les teves mentides geloses per a viure. Ell està molt bo, i punt.
I dit això va mirar en Dani, que continuava callat i mirant en un punt fixe del terra.
-Dani.- Va dir ella.- És una parida.
-Si, és clar.
-Estàs gelós?
-No, no ho estic.
-Respostes curtes, mirada fixa a terra i veu fluixa.- Va dir la Joana.- A qui intentes enganyar? T'importa i ho saps. No menteixis més, siusplau.
-Que no menteixo! No m'importa!- Va bramar amb força. I bé... la Joana ho va entendre a la seva manera, però no va dir res davant de tots i es va limitar a agafar el braç del noubingut i se'l va endur amb ella a un altre punt del pati.
-Joana...
-No ha estat culpa teva, són tots usn ignorants!

I això és tot el que ell recorda.
Ara estàn asseguts al banc, com sempre, i el torracollons i calenta-Joanes del Marcel lligant amb ella com si res.
-M'encanta el teu nom saps?
-Ah si?- Va dir amb un somriure.
-Sí. Perquè jo sóc d'aquelles que creuen que les dues coses més importants a la vida són el mar i el cel, perquè és com... com si expressessin llibertat saps? Com si et diguessin que són tan grans només perquè hi pugui cabre la teva persona... I ajuntar aquestes grans coses en un nom- Va fer un silenci, mentre passava la mà per la seva espatlla i aproximava la boca a la seva orella.- és una cosa fantàstica, i molt especial.
En Dani va fer ganyotes imitant en playbag la ultima frase de la Joana, mentres que de reüll observava com les peres qu tan bon gust tenien no estaven tant a la vista com feia tres o cuatre dimecres.
I entristit, abaixà la mirada cap a una mena de pou secret.

Bieber is love XIV (Y capítulo final...)

¿Por qué? Se preguntaran.
¿Por qué Alexandra pudo conocer a su amor platónico con tantissima suerte? ¿Por qué? ¿Por qué? Pues mirad, no lo sé. Hay gente en este mundo que esta destinada, de un modo u otro a conocerse y a enamorarse, y tal vez Alex fue tan afortunada que se encontró con Justin por casualidad.
Peeeero... solamente en un sueño, un simple sueño del qual había despertado a causa de un cubo de agua mal lanzado, que había empapado también buena parte del suelo.
Ahora Alexandra tenía 25 años, estaba casada y vivía en una mansión en California con ese amor suyo tan apreciado: Justin Bieber.
Había pasado mucho tiempo desde entonces, no se habían dejado de querer aunque estuvieran a miles de quilometros de distancia.
Volviendo a la actualidad.
La madre de Justin le había lanzado un cubo de agua para que se despertase.
-No tienes 25 años para estar durmiendo hasta las 10 de la mañana, ¡bonita!- Dijo la mujer.
Evidentemente, no se llevaban bien, pero esa era ahora su mayor preocupación en mucho tiempo.
Y como dicen los cuentos, después de un bonito final feliz... ¡cuento contado, y se ha terminado!

miércoles, 27 de abril de 2011

El pou de les pors

No podia saber si allò era un color fosc, tot i que si ho era tindria de ser molt vell per a estar tan descolorit com semblava que estaba.
Però no tenia por. No tenia por de perdre la conciència i despertar en un d'aquells dies d'Agost tan calorosos en una tovallola de peixos vermells, en alguna de les numeroses platges de Hawai. No, allò tenia que ser diferent que un simple sotmi.
Però la insuportable calor que feia allà dins es tindria que poder explicar d'alguna manera i, allà tancada en el seu pou de les pors, no podia pensar en gran cosa.
No era el primer cop que la Kat apareixia en un pou, sempre en el mateix, on hi apareixien les coses que tant l'aterrien, on hi apareixien les histories més terribles que ella s'imaginava. I és per això que no podia sortir-se'n mai sola, que sempre hi havia algú que la cridava des de l'altra banda del pou, però el cert és que fins que això passi, fins que la cridi algú, allà dins pot passar de tot.
La Kat passa per 4 fases quan hi cau.
La primera és la negació.
No es pot creure que sigui allà dins, simplement torna a pensar que és un altre sotmi (o malson) del qual aviat s'escaparà.
Després ve l'aterradora veritat.
S'adona de que no és cap sotmi i comença a patir i a passar-ho malament, a tenir por, a tancar els ulls i intentar adormir-se, però no pot i la por dins seu mentre dins del seu cap, inevitablement comença a imaginar aterradores imatges que és compleixen en aquell espai tan redüit.
Quan ja no pot més suplica a la foscor infinita que s'aixeca sobre seu.
Plora, esgarrapa les parets tot suplicant pietat i ajuda.
Finalment, la criden i dóna una abraçada a aquella persona que ha pensat en ella, i que l'ha salvat.
Però això era de petita, quan no ho havia viscut tants cops com ara. Ara el que fa es asseure's i esperar, mentre tot de coses, cada cop més esgarrifoses, tenen lloc davant seu. I el pitjor és que no pot tancar els ulls, i és un peix que es mossega la cua: a causa d'això confia menys amb la gent i cada cop les esperes son més llargues. I més doloroses.

domingo, 17 de abril de 2011

Paranoia d'hora lliure II

A veure, que tornem a estar en aquell banc i tornem a mirar-nos com si fossim els ultims humans de l'univers.
L'últim cop que ens vam mirar així ens van interrompre una nena fata, un nen una mica estúpid (d'acord: molt) i un altre massa baixet que no és més intel·ligent que jo, i mira que jo no en sóc en absolut...
En fi, que tornàvem a ser els de sempre i, curiosament, la Joan portava la mateixa camisa. Començava a tenir calor, tot i que les temperatures eren lleugerament més fredes que fa una setmana. Déu meu, no ho podia evitar! La necessitava, la volia! Però no, si no hem controlava ella encara ho passaria més malament.
-Vaig al lavabo.- Va dir, tot mirant-me de reüll.
-T'acompaño.- Vaig dir apresuradament en cabtar la indirecta.
Mentre caminava empanat en aquelles peres que volia tastar, que seblaven tenir tant bon gust, escoltava de lluny els comentaris dels tres inutils de sempre, però no els hi feia cas. Potser avui seria el meu dia, qui sap...
-Dani, Dani, Dani!
-Dis-me.
-Què estaves mirant?
Hem vaig posar vermell de sobte, o potser era la sobtada calor que m'havia envait que m'ho feia creure, o potser era veure la seva cara també vermella.
-Res, jo...
Va somriure i hem va agafar de la mà i vam posar-nos a córrer. No explicaré el que va passar en el bany, per fabor! Quina vergonya que cause explicar la teva primera vegada!
El cas és que va ser fantàstic, i que ara hem sento... una mica més gran i experimentat. Potser té alguna cosa a veure el fet que haguéssim actuat com adults solitaris en el món, com si fos l'ultim cop que poguessim fer una cosa semblant.
La tornava a mirar com si fos l'última noia del món senser. I ho era. Era la última noia amb qui ho faria, perquè... Déu meu, doncs perqu`ha estat fantàstic!
I les nostre mirades d'estúpids a l'hora de marxar era la mateixa que tenia fa una setmana, suposo. No hem volia mirar al mirall després d'haver-me sentit home, el que volia era sentir-m'ho un altre cop. Potser, en un altre dimecres... perquè els dimecres s'havien convertit en la nostra hora preferida, i la més calorosa.

martes, 12 de abril de 2011

Un lunes

Quando el Sol sale, suele hacerlo de manera discreta, para tan sólo despertarnos con el suave cosquilleo de su luz por la mañana. Y és no fue la eccepción.
Sora, la gata de Arisa, estaba relajada (aunque no dormida) en el regazo de la abuela, que se mecía en una silla mientras cosía una manta con gruesas lanas de color rojo oscuro, como la sangre, o como una rosa marchita un poco olvidada en el jardín.
La gata empezava a lamerse sus blancas patas cuando hechó de menos una cosa. La galleta de los lunes que le solía dar su dueña por la mañana.
Igual que todos los lunes, Arisa debía ir al colegio, pero notó que no había sotado su despertador.
No era normal que Arisa no se levantara antes de que sonara su despertador, así que decidió ir a ver que ocurría y aprovechar para reclamar su galleta de la mañana.
La gata saltó encima de la cama de la chica, que se despertó enseguida.
-Buenos días, Sora. ¿Empezabas a tener hambre?- Preguntó con voz cansada y de dormida.
Aún así, Arisa sólo se limitó a apartar la gata de encima suya y empezó con sus tareas diarias de un lunes qualquiera porque, verdaderamente eso era un lunes qualquiera.

viernes, 8 de abril de 2011

Bieber is love XIII

Sentada en el sofa de su casa, tenia la mirada perdida, perdida en el espacio y el tiempo que lo separavan de España. Nunca llegó a imaginar que ser famoso lo cosaría tanto, que haberse emborrachado por ella causaría un escándalo semejante, y nunca llegó a imaginar que no le contestaría el mensaje.
Y tal vez por eso último era por lo que estaba abatido y perdido. No quería pensar en ella, pero es que solamente tenia ojos para ella, para sus mechas rubias i su pelo, para sus ojos y su cuerpo, para ella y para admirarla.

Ése día ba a ser como los demàs, verdad? No lo podria contar, cierto? Estaría sola en todo este lío, no?
Y la respuesta siempre era un sí rotundo, redondo, rojo y en grande.
Eso hacia que se entristeciera aún más y que se echase a llorar. Salió de casa, necesitaba fumar, beber, hacer algo grande y que le prducera satisfacción y que estuviera prohibido, que no puediera hacerlo, para poderse sentir mala, rebelde y poderosa. Encendió un cigarro y quando estaba a punto de fumar una calada, el cigarro fue cogido por una mano desconocida. Alzó la cabeza asustada porque esa persona no solo la estaba viendo llorar, si no que también fumar.

Fue una decision dificil, pero decidió irse a España lo antes possible. buscó el pueblo y se pasó toda la tarde buscando a Alex, su Alex, su querida Alex, su normal Alex, su bella Alex, su todo Alex.
Distingió una figua a lo lejos, y supo que era ella. ¿Fumaba? ¿Lloraba? ¿Las dos cosas?
Se le acercó y le quitó el cigarro.

Le besó.

La besó.
Tuvo sufiente valor como para hacerlo después de todo lo que habia pasado.

Sintió sus labios como si no hubiera otra cosa en el mundo que él. Le pareció atrevido, presentuoso y algo creido al creer que ella no tendira inconveniente, pero la verdad es que no tenía ninguno, le gustaba ese Justin, ese era al Justin al que adoraba y al que queria.
Y se quedaron así, sentados uno al lado del otro hasta que oscureció demasiado y tuvieron que despedirse, aunque les resultara dificil.
-Mañana.
-Sí. Mañana nos vemos.
Y así quedó cerrado ese asunto en el que se vieron envueltos unas largas semanas. Aunque claro... historias de amor como estas dan para muchas anecdotas, muchos desamores y muchas otras comedias que suelen ocurrir entre parejas. Y ellos, claro está ahora, són una pareja.

El secret de la caixa de vidre

Caminant per un casalot vell i abandonat es poden trobar objectes que, en els seus temps, van pertànyer a grans personatges rebosants de diners i esclaus.
Però en l'actualitat, l'ímpetu de la que va ser la casa de l'home més poderós d'una gran vall es veu enderrocat en convertir-se en una simple acumulació de fusta vella i pols que ja no serveix per a res.
I es per això que ja fa temps la gent del poble més proper, a no més de 1.000m, va reclamar a l'ajuntament que l'enderroqués per tal de sentir-se més segurs.
Segurs de què, us preguntareu.
Doncs més aviat fa referència als joves, que demostren el seu coratge endinsant-se al vell casalot a les nits, i els adults ja no saben què fer per allunyar-los d'allí.
Tot i així, l'ajuntament continua negant-se a enderrocar-la.

En una d'aquestes sortides els joves van trobar en aquella casa una caixa no molt gran, feta d'un vidre fi i amb uns dibuixos a la tapa que, a causa dels anys que portaba abandonada, no es podien distingir molt bé. L'únic que es podia fer amb aquella caixa era rentar-la, segons el criteri dels més grans, per poder veure-hi l'interior amb claredat.
Però els més petits de la colla estaven impacients per saber què hi havia dins, i van decidir obrir-la en aquell moment.
A dins, hi van trobar unes cartes escrites a mà, i van decidir llegir-les.
8 d'Abril de 1851
Carles:
Li agraïm que s'hagi ofert voluntari per donar-nos pressupost necessari en aquesta batalla. Li ho farem saber a cada rebel que s'enfronti amb nosaltres, a cada poble enemic que es torni a rebelar, que vostè ha estat l'heroi d'aquesta futura victoria que durem a terme.
Cap de la batalla: Jaquim, fill d'Arnau II.
19 d'Abril de 1851
Carles:
Necessitem la vostra ajuda per combatir contra els rebels de les terres veïnes. Li demanem urgentment pressupost per tal de comprar més armament, la qual cosa ens ajudarà a sortir victoriosos, ja que els rebels disposen de l'armament robat del castell del Senyor.
Cap de la batalla: Jaquim, fill d'Arnau II.
27 d'Abril de 1851
Carles:
Necessitem les armes se'ns falta, ja hem perdut més de la meitat dels soldats. L'armament és indispensable per tal de protegir amb seguretat la vida de molts vilatans de pobles propers. El nombre de rebels és cada cop major i per això li demanem a vostè el pressupost.
Cap de la batalla: Jaquim, fill d'Arnau II.
21 de Maig de 1851
Carles:
Com és que no ens ha enviat el pressupost que varem acordar que ens enviaríeu? En aquests moments som fugitius que han escapat de les cel·les on ens varen tancar els rebels.
Necessitem una explicació i una disculpa, vostè ha estat el principal culpable de la nostra derrota contra els rebels.
Cap de la batalla: Jaquim, fill d'Arnau II.
2 de Juny de 1851
Carles:
A tothom li farem saber el farsant que està fet, la guineu astuta que amaga dins aviat serà caçada. Els soldats que hem sobreviscut a l'últim atac farem saber al compte que vostè ens ha enganyat des d'un principi, que no va complir el tracte i que, gràcies a aquest fet, centenars de soldats i desenes de vilatans han estat morts en aquesta batalla.
Soldat veterà Guillem, fill d'Enric VI.
14 d'Octubre de 1851
Carles:
Des dels alts pics de l'Aragó li fem saber que des del moment en que llegeixi l'escrit les vostres terres passaran a formar part de l'estat degut a la infidelitat donada al cap de batalla Jaquim el passat mes d'Abril, i el declarem culpable de la derrota dels soldats en nom de l'estat. Enviarem tropes per tal d'assegurar-nos que les vostres terres tornen a ser del compte.
Senyor d'Aragó

La colla, i sobretot els més petits, es van quedar mirant fixament l'última carta que contenia la caixa. En aquelles cartes, es narra la història d'una batalla de rebels.
Uns rebels que van robar armament i van aconseguir guanyar les tropes de l'estat. Tot i que, pel que fa als joves, comentaven el fet que a la penúltima carta no firmés el cap de batalla, sinó un soldat veterà. És clar que van donar per fet que el cap de batalla va morir en l'últim atac.
Tot i així, van decidir explorar la casa a fons, removent totes les fustes i il·luminant tots els racons coberts de pols que portava allà desenes d'anys.
El cor els bategava molt ràpid, tot i no saber perquè, i els feia estar més atents. Va ser una noia la que va veure, enterrats sota un munt de fustes, uns ossos de persones. Va fer un crit, i tots es van girar.
Entre el crit ofegat de la noia i els centenars de ratpenats que de sobte van sortir del sostre van quedar enterrats els últims instants d'aquells joves aventurers que es van endinsar en una història que molts abans d'ells van conèixer, però no explicar. Un minut després, la caixa de vidre tornava a estar enterrada sota la runa, amb les cartes dins seu i el misteri sense explicar, desconegut per a la resta de mortals.

De ben segur, us ho dic jo, que tot aquell que torni a conèixer la història que conté la caixa de vidre acabarà així, perquè hi ha destins que no es poden esborrar, instants que es queden impregnats pel pànic que els han envoltat i misteriosos secrets que, per algun motiu desconegut, no es poden revelar. I per aquests secrets hi ha gent capaç de qualsevol cosa. De qualsevol cosa...

miércoles, 6 de abril de 2011

Paranoia d'hora lliure

Fa sol, i calor, i ell ho nota més que ella perquè hi està molt a prop. Vesteix una camisa de tirants, fina, i ell no pot apartar la vista de les dues peres del paradís, grans i que l’atreuen, que sembla que li vulgui mostrar la Joana amb una tela tan fina sobre seu.
-Joana, Joana i Dani, Dani!- Crida el Guerau com a soroll de fons.
Però la qüestió és que cap d’ells l’escolta, estan ensimismats en el rostre de felicitat que es dibuixa en l’altre. El temps s’ha parat, ja no existeix ningú més a part d’ells i tot el xivarri que fan els que juguen a futbol no s’escolta, no pas dins del seu món particular.
Guerau riu de les cares que tan l’una com l’altre fan, i de com la Joana ignora que en Dani estigui visualitzant dintre seu una imatge poc indicada per a un menor.
Els dos cossos amb l’ànima a un món inaccessible han decidit marxar en un lloc més íntim, on no se’n riguin d’estar enamorat. I on, segons imagina el Guerau, puguin fer manetes. Sap que potser no és així, que potser no estan enamorats, però fer-li la guitza al Dani és el que més li agrada.
Des de la posició del banc on es troben el Guerau, l’Adriana i el Pol no es veu gens bé el que fan, però no estan suficientment lluny per a no veure-hi res. Veuen gestos estranys que decideixen no impedir per a no exagerar les coses.
-Potser només s’hi ha estirat, recolzant el cap a les seves cames com fa sovint.
-Si, és clar, però ha posat el cap en una zona d’alt risc.
Decideixen ignorar el fet que, després de tot, en aquella postura les dues peres del paradís particular del Dani es veuen perfectament des del punt de vista del noi, i decideixen ignorar també, que recolza la mà en el bell mig del perer del paradís.
Tot i que no saben que en aquella hora lliure han passat, i passaran, més coses de les que voldran veure.

sábado, 12 de marzo de 2011

Bieber is love XII

Aún no lo habia contado a nadie, pero quería hacerlo, desahogarse, sentirse bien... pero nadie la creeria.
"¿Qué les vas a decir, que Justin te secuestró, te abrazó y te regaló esta chaqueta? Venga porfabor, no me seas ridicula.", pensaba Alex.
Querí olvidarlo pero claro... Tenía toda la habitación empapelada con sus fotos.
-Se acabó.
Se puso de pie en la cama y empezó con las fotos más faciles de quitar. Quitó el poster con los delfines, el que tiene un fondo amarillo, las imagenes recortadas de las revitas, una a una, también fueron desapareciendo. Así, al final de la tarde, su habitación estaba limpia de Justin. Sólo faltaba un detalle. No quería, porque era su faborita, y por ese motivo la ultima a ser quitada.
Era una foto que le habían sacado en su primer concierto, tal y como era él antes. Con los dedos algo flojos e inseguros, quitó la foto i la puso encima de la cama, con todas las demas.
Entonces, abrió el ordenador y se fue a las páginas en donde estaba añadida. Una a una, revisó las últimas noticias y, al ver que no había nada sobre ella, una a una también dejaron de tener a Alexandra añadida. Cuando llegó el turno al twiter, y leyó el mensaje, se puso a llorar.
"Perdoname por haberme olvidado de ti, en verdad lo siento. Miley me tiene asco porque la ridiculizé. Abrás oído algo de que me emborraché. Era por compensar lo que te hice. Dentro de poco volveré a España."
Cerró el mensaje. Cerró el ordenador. Cerró la puerta y también los ojos.
Cuando volvió a abrirlos, al día siguiente, fue porque llamaron a su puerta. A la de casa, y eso la despertó.
"¿Y si ha venido a buscarme? ¡HA VENIDO A BUSCARME!", gritaba Alex para sus adentros. Pero cuando abrió la puerta, sólo encontró a una hermana inoportuna que se había olvidado la llave...
"Lo que soñamos no siempre és lo que tenemos que vivir", recordó.

jueves, 24 de febrero de 2011

Bieber is love XI

Justin estava soñando.
Soñava con un puente, que estava siendo cruzado por un chico con un pelo negro resplandeciente y una chica con unas mechas rubias. Él no era el chico de pelo negro, y le dava mucha envidia.
Se revolvió en la cama; iban cojidos de la mano, felizes, irradiando felicidad...
Se despertó: tenía que verla, no lo soportava más. Pero... no tenía su numero, no tenia su dirección... recordava el pueblo en el que vivía pero nada más.
Intentó volver a dormirse.
Esta vez, soñó que estava en una limusina, con un chofer. Aún no la conocía, pero estava a punto de hacerlo. Entonces, en el instante en que estava a punto de verla, le sonava el móbil y desviaba la vista. Y la pasaban de largo, no la veía, no la conocía, no se emborrachaba, no dejaba a Miey, no lo pasava mal...
Se quedó dormido en la cama. Aún no era demasiado tarde...

miércoles, 23 de febrero de 2011

Bieber is love X

"Lo sabía... no debí escribir eso en mi twiter!", se decía Justin tumbado en la cama. Tampoco debió dejar que Miley le seduciera y le convenciese para entrar en el hotel. Tenía que haberlo dejado con ella hacía dos semanas. Pero no lo hizo.
Aunque no solía fijarse en esas cosas, ni pensar esas cosas, los pechos de Miley resaltavan con ciertas camisetas... en vez de eso, que más tenía Miley? Popularidad, un pelo bonito, dientes perfectamente blancos, una sonrisa... falsa.
"Miley es falsa", penso con determinacion.
Se volvió en la cama.
"Y esa chica del pueblo? Que pasa pringado, que no has cumplido tu estúpida promesa?", pensava mirando fijamente al espejo, viendo su reflejo. "Le diste la chaqueta, le dijiste que no olvidavas a las personas aun siendo famoso, y le sacaste del instituto por tu egoismo, porque querias estar con ella! Y ahora...¿qué? ¿Ya no cuenta?".
Apretó la mano con fuerza. Había pensado en ella muy poco, demasaido poco.
-Das asco.- Dijo Justin al reflejo del espejo.- Mucho asco.
Se quedó dormido, pero no descanso. Se despertó algo sudado a causa de la calefacción del hotel. Se había olvidado bajarla... Se miró en el espejo: tenía la cara cansada, tenia ojeras y el pelo revuelto. Tenia, también, la camiseta con la que había dormido con algunas marcas de sudor. Hizo una mueca. ¿Olía mal? Eso parecía... Se quitó la ropa y se dió una ducha. Cuando se puso el albornoz, tuvo una idea para intentar sentirse mejor con lo que a la chica refería. Cojió una cuchilla de afeitar y se afeitó los pocos pelos que tenía. Se secó el pelo y se vistió lo mejor que pudo; con la ropa que mejor le quedava. Ridiculizaría a Miley y, con ella, a él mismo.
Se subió al coche y se fue a un bar de la ciudad, dejando que los paparazzi le vieran y se fue a ver a Miley, antes de invitarla a pasar. Hizo todo lo posible, se emborrachó tanto como pudo.
-Justin... ¡Justin! ¡Deja de beber! ¿Porque lo haces, eres estúpido?
Pronto empezaron a sonar los flashes de la camara. Fue entonces cuando se dio cuenta de que era el momento. Todo eso era un plan que había hecho de improviso esa mañana, y lo estaba llevando más bien de lo que pensava.
-Oye monada, que...- Runió fuerzas para decirtal barbaridad...- pechos tienes nena!
Miley se ruborizó y miró muy asustada asu alrededor. ¡Qué ridiculo! Ese era el Justin al que no queria... bueno en verdad no queria a ninguno, pero a ese menos!
-Mira Justin... callate porfabor no me dejes en evidencia!
-Pero nena... ¿que hacemos aun aqui hermosa?
Miley cojió la puerta y se fue.
Cuando se hubo recuperado un poco gracias al dueño del bar, en gran parte, cojió y se fue a casa. Al día siguiente, ya lo sabía medio mundo.
"Espero que me perdones por haberme olvidado de ti", colgó en su twiter. Ella lo leería, y tal vez sirviera para algo.

sábado, 19 de febrero de 2011

Bieber is love IX

"Al menos tengo su chaqueta!", se decía Alexandra con voz infantil. "¿Y de qué me sirve su asquerosa chaqueta? Hoy es 20 de Mayo... ¡20 de Mayo, Justin!".
Alexandra estaba tumbada en la cama, llorando de rabia. Se moría por olvidarlo, y por hacerlo ya. Había leido la última entrada en el twiter de Justin Bieber, la pagina oficial, en donde anunciaba (palabras textuales):
-Miley, es en estos momentos la unica chica en la que pienso.
La unica... eso era lo que le dolia. Y no solo por eso, si no porque en una revista salían fotografias las cuales confirmavan todas las sospechas de que havia entrado en un hotel a pasar la noche...
"Una noche loca... ¿¡NO?!", se decía. Estava desconsolada y lo peor era... que no se lo podia contar a nadie por dos motivos:
1) No la creerian.
2) Nadie seria capaz de ayudarla.

Asi que pensando eso solo conseguía que las lágrimas salieran con mucha más fuerza.
-Aunque sea famoso no olvido a las persons.- Le dijo Justin un mes antes.
"Si... ya lo veo!".
Se quedó llorando...
Pasaron los días y Justin seguí igual. Fin. The end. Eso es: Alexandra se olvidaria de él a las buenas o lo solucionaria a las malas... ese iba a ser su lema.

martes, 8 de febrero de 2011

Manual de instrucciones para crear a Sara Belder

Sara Belder iba a ser el nombre de la protagonista de mi historia. No tendría nada que los demás no tuvieran, pero tampoco sería hija de padres pobres divorciados o cualquier historia
complicada que los grandes escritores cuentan a menudo en sus novelas. Sara Belder no tendría un corazón tierno. Lo único que la diferenciaría un poco de los demás iba a ser la crueldad. A mí no me gustaban las historias típicas, así que Sara no se iba a convertir en una santa en el final de mi libro. Tampoco es que a la gente de su entorno le preocupara que Sara fuera cruel, porque al fin y al cabo, todos lo eran. En la calle, en casa, en el trabajo o en el instituto, todo el mundo iba a ser cruel en mi historia, porque iba a ser realista.
-¿Porqué quieres ser tan pesimista a la hora de contar una historia?- Me preguntó un día mi hermana, mientras estaba leyendo, otra vez sin permiso, mis cosas.
-No te importa.- Le dije. Creo que fue entonces cuando empezó a sospechar cosas. Como por ejemplo, a sospechar que yo era gótica y que pensaba en suicidarme. Aunque evidentemente lo hacía para chincharme, porque sabía que no me gustaba que me llamasen gótica. Aunque no tengo nada en contra de la gente gótica. Es más, me parecen gente interesante, porque algo deberán haber hecho para pensar de ese modo.
Volvamos al libro.
Cualquier personaje debe de tener un físico y una forma de ser que le definan. Sara, por su parte, estaba decidida en la clase social que tenía cada uno de sus compañeros de clase y la cumplía a rajatabla. Es decir, que a los que se les consideraba unos marginados, no les dirigía la palabra.
En ese tema, hice como hacen en las películas: exageré el sistema del instituto para que así Sara resaltara aún más su carácter.
Me dejé llevar.
Fue entonces cuando se me ocurrieron los nombres para la gente más cercana a ella.
Cinto, iba a ser el chico chulo de clase que le proporcionaba el tabaco a Sara y, por tanto, una de las personas que disfrutaba de su sonrisa bonita (pero falsa). Amanda, su mejor amiga, tenía un carácter temperamental y junto con Sara eran algo peligrosas. Lena era la suspendedora oficial del grupo (porque aunque Sara fuera algo similar a una matona, no quería corresponder al tópico de que fuera también una estudiante fracasada) y Samuel era el mejor amigo de Cinto, y pronto se convertiría en el chico más reclamado de cuarto curso.
Sara ya tenía a sus amigos.
“Cinto, Amanda, Lena y Samuel ya han cobrado vida propia junto a Sara.”, pensé tras dejar atrás mis cavilaciones y me ponía a escribir las ideas que se me habían ocurrido.
-Puede que, en el fondo, Sara sea una buena chica. Así suena más bonito, ¿no crees?
-¡Qué te he dicho que no leas mis historias sin permiso!
-Ya, ya... solo lo hago para encontrar la bonita historia de un amor no correspondido llevado al suicido, ¿no te parece? Anda ya y déjame, que esta también es mi casa.
-Pero mis cosas.
-Lere, lere, lara, lara...- Dijo silbando mi hermana después de dejarme algo atónita con su capacidad tan rápida de responder a mis preguntas. Me sacaba de quicio.
Sara era mi compañera de trabajo ese fin de semana, y por eso debía pensar con rapidez y dejarme de estar con peleas con mi hermana. En fin, qué se le va a hacer...
Cogí el bolígrafo y volví al mundo realista de Sara Belder, mientras relataba los primeros cigarros de Sara, la primera pelea con uno de los marginados y, también, su curioso día a día con Amanda y Samuel.
-En fin...- Me dije.- Ya he terminado.

lunes, 7 de febrero de 2011

Bieber is love VIII

No hacía falta que se diera explicaciones a sí mismo sobre lo que estava haciendo. Era completamente conciente de ello, y no necesitava a nadie que le recordase que ella era como el oro; díficil de encontrar, y te da corte que te vean con ello porque es llamativo. Y una chica de su edad, en pleno jueves sola por alli con un chico de su edad... és llamativo.
Alexandra, pero, no pensava lo mismo. Ella estava encantada de que Justin la hubiera ido a recojer al colegio, encima delante de las estupefactas miradas de sus compañeros de classe que tanto le irritavan.
Como que sus mentes estaban tan ajetreadas pensando en como se sentían en ese momento, ninguno de los dos advirtió que se habían cojido de la mano. Pero asi seguían, con un ojo mirando de reojo hacia al otro y preguntandse hasat que punto habían llegado.
Fue Alexandra quien primero se dió cuenta de que ivan cojidos de la mano por un bosque lleno de flores y vistosos tonos verdes. Resumiendo... que parecian una pareja en un parque en primavera. Lo que significava...
-Oh, lo siento...- Dijo Justin, cuando vió que le cojía de la mano a Alex.- No quería... yo... simplemente es que... lo siento.
-No pasa nada, en serio.
"¡Si que pasa! ¡A mi me gustava ese ambiente romántico que habia entre nosotros hace medio minuto!", pensava Alexandra. Justin la había fastidiado un poco sobre ese asunto.
-Bueno, ya hemos llegado.
-Llegado... ¿Dónde?
-Pues al lugar en donde me vas a devolver la chaqueta.
-Oh, si, claro, por supuesto.
Se quitó su chaqueta algo a regañadientes, aunque procuró que él no se diera cuenta. LE gustava llevar algo suyo con ella, porque pensava que asi era seguro que no iba a alejar.
-Gracias. Ahora deja estendidas tus manos para recojer esta fabulosa chaqueta que te voy a dar como regalo sorpresa pero.... ¡SHHHT! No se lo digas a Miley,¿eh?
Alexandra notó que se ponia roja, que se emocionava, que le daba un bajón por el hecho de que hubiera mencionado a Miley y que, a su vez, le dava completamente igual que según la discografica salieran juntos porque... ¡Le habia regalado una chaqueta por su cumpleaños! ¡Se había acordado!
-¿Volvemos? Ya se está haciendo tarde. Siempre es mejor que no te pillen, ¿verdad?
-Claro. Gracias por la chaqueta.
Alexandra, con Justin ( o Pruden en ese instante ) salieron hacia el coche y se subieron en él. Allí dentro, Alex podía disfrutar de su olor. Le gustava, ya lo había notado hacia un par de horas.
Justin la dejó a la entrada del pueblo, pero se esperó en el coche con ella hasta que llegó el autocar, y hasta que las calles se borravan de niños y adolescentes que volvían del colegio.
-Supongo que no te olvidaras de mi, ¿no?
-Aunqeu sea famoso, no olvido a las personas.
Alexandra salió del coxe poco convencida, pero si algo más que antes. Al menos, tenia su chaqueta...