lunes, 28 de junio de 2010

Reflexiones personales VI

En verdad, sabía el porque de las cosas, el porque de que no tuviera ganas de hacer nada este lunes. Y no porque fuera lunes, porque yo no tenia porque madrugar en verano, si no por lo poco que hay que hacer en mi vida y en mi pueblo.
Porque en ese momento ni tan solo corria el aire aunque las cortinas estuvieran a un lado.
Y, aunque entrara algo de aire, seria incomodo.
El aburrimiento ahogaba mi garganta con ideas, y la pena de saber que me faltaba hacer algo interesante me abatía y me daba hasta latigazos en la espalda.
Y aunque lo quisiera y lo deseara, no podia conseguirlo asi como asi.
Me debilitaba la idea de que los proximos 3 meses serian así, hasta que no comienze el instituto de nuevo.
Tal vez abría algun que otro dia en que mis padres me pudieran bajar a Sort, pero ahora por ahora eso era un deseo estancado en un pantano sin ninguna via de escape. Y como si no hubiera provado de encontrarla, la via de escape, pero mis padres se negaban a mudarse a Sort. Era evidente, pero yo seguía y seguía, cabezota, con que odiaba este pueblo. Hace unos meses ya me rendí, y con motivos. Es impossible.
Y la pena es que yo no soy como Napoleón, que conquirió casi toda Europa con sus soldados y que no conocia la palabra impossible y que en su diccionario no aparecia.
No, yo era diferente. No podria ni conquerir mi propia casa y la palabra impossible figuraba siempre en mi diccionario.
Aun no llega ninguna ráfaga de aire debil ni fuerte, y empiezo a sudar por la nuca aunque hace una hora i media que me he duchado y está lloviendo a cantaros. Pero yo estoi sudando. Me daria una bofetada, pero paso, me da pereza.
Y así seguirá el mundo, nadie lo podrá canviar, yo seguiré siendo aburrida y el exterior dibertido.
Ojala... viviera en Sort.
Ojala... dejara de soñar cosas impossibles.

No hay comentarios:

Publicar un comentario