domingo, 14 de marzo de 2010

El zueco de madera

Erase una vez, un hombre que hacía zapatos para la mismisima princesa.
La princesa era comprensiva, simpatica i agradable.
Pero el zapatero era ruin i agarrado, una de esas personas con las que jamas irias a ningun lugar.
-Zapatero, te puedo pedir algo?
-Un encargo, señorita?
-Si.
-No hay problema. ¿De qué se trata?
-Necesito unos zapatos para una amiga, pero ella n oteine dinero y quiero hazerle un regalo.
-Mui bien, comrendo. ¿Algún gusto concreto?, ¿Sandalias de oro, de plata o de piel de cocodrilo?
-No, no! Unos zapatos, nada más.
-Hum... aré lo que pueda.
El zapatero, confiado en que le pagarian una millonada por hacer unos zapatos mal hechos, empezo a cortar, a coser i a canturrear unas canciones de antaño.
Cuando su mujer, que entró en la casa vió los zapatos, se horrorizó.
-Por dios, como le vas a dar esa prenda a la princesa? ni a la amiga de la princesa?
El zapatero, viendo que se havia pasado con la piel de gato, le respondió que enseguida lo canviaria.
Despues de diseñar unos simples zuecos de madera, la princesa llegó para ver como iban los zapatos para su amiga i, en ver lo simples, baratos i secillos que eran, se enamoró de ellos.
-Són perfectos! Zapatero, usted se toma mui en serio su trabajo!

Y asi fue como a la amiga d la princesa le encantaron los zuecos, i el zapatero, ruin i descarado, se fundia con su verguenza, al haber pensado que la amiga de la princesa seria como ésta.


FIN

No hay comentarios:

Publicar un comentario