lunes, 24 de enero de 2011

Los seres de la nevera

Toni estava caminando entre una manzana y una olla llena de caldo que hacía unos pocos días que reposava en el segundo estante de la gran nevera del Work's Bandera, un buen restaurante de la ciudad. Aunque más que una manzana, eso parecía un huerto de chocolate. Recordó un día, en que Sara le contó que no solían hacer manzanas con chocolate muy a menudo en Work's Bandera así que cuando eso ocurría le gustava ir a oler la mezcla de olores i sabores que el chocolate y la manzana producían.
Quiso ir a avisar a Sara en cuanto lo recordó, pero pensó que si lo supiera, dejaría su obligación de vigilancia que tenía a esa hora y tal vez pudiera ocurrir una desgracia. Tal vez pudieran abrir la nevera y que se murieran asados todos o que la persona los viera, aunque no hubiera muchos cocineros ese día.
Porque ese día era un día entre semana y en el Work's Bandera no solía ir gente corriente, si no que iba gente de uniforme, para cenas de negocios... por eso le estrañó ver que había manzanas con chocolate en la nevera, justo al lado del caldo que solían usar para la sopa de fideos.
Decidió no darle mucha importancia, y seguir andando hasta el rincón que había entre la leche desnatada y la normal, en un estante distinto.
Toni, que hasta entonces había estado manipulado por la eduación de sus padres, se dió cuenta de porqué querían proteger a los menores de catorce años de los elementos del exterior. Cuando salías del interior de la nevera hacía los estantes exteriores, te davas cuenta de lo fácil que sería desaparecer, y de lo importantes que eran las tareas de vigilancia.
Los Ebloons, como les gustaba llamarse a si mismos, eran unos seres de centímetro i medio que vivían en algunas neveras. Toni era uno de los que habitavan la nevera del restaurante.
Anduvo por allí algún tiempo más. Le resultava muy estraño que siendo noche de miercóles no saliera nadie más al exterior. Pero le dava igual.
Se coló entre los iogures y se sentó a reflexionar.
Ya no le parecía tan atractiva la idea de acurrucarse entre los tetrabbrics de leche del estante de arriva... le parecía una idea más bien estúpida. ¿Des de cuando él era un estúpido?
-Yo nunca lo he sido tanto...
Toni se arrepentía de haber salido en contra de la idea de sus padres. Si le pillavan... era por ese motivo por el que le acojonava salir, porque tal vez le vieran algunos conocidos, o por si alguien abría la nevera.
-Toni...- Dijo una voz.
Él se sobresaltó en oír su nombre en boca de alguien.
-¿Toni? Soy Sara, me han dicho que no te encontraban dentro...
Toni no se atrevía ni a decir una sola palabra, no se atrevía tan solo a respirar aunque ese alguien fuese Sara.
-Toni... si estás aquí responde, no me gusta estar auí, ¿sabes? Y si lo estoy es porque me estás preocupando... ¿entiendes?
-Sara...
-¡Toni! ¡Dios menos mal!- Dijo Sara, corriendo hacía los iogures.
Sara tenía el pelo castanyo, rizado y largo con unos ojos color miel y unos labios carnosos y un cuerpo como el de qualquier otra chica. A Toni no le gustava admitir que a medida que pasava el tiempo, parecía que se fijava más en esos detalles, y que se ponía nervioso a su lado. Y no l gustava porque simplemente quería considerar a Sara su mejor amiga, que le era indiferente con quien saliera o con quien dejara de salir. Aunque, algunas veces, eso le era imposible.

1 comentario:

  1. ¡Qué estraños seres, estos del Work's Bandera!
    Cuanta imaginación te cabe dentro de la cabeza... como a una amiga que conozco. Ahora en serio; GRAN historia. ¿La continuaras?

    ResponderEliminar