sábado, 22 de mayo de 2010

El océano de la medianoche

Una luz de plata estaba alumbrando la playa. No se distinguía con nitidad la fuente de esa luz, pero podemos apostar todo el oro del mundo a que se trata de una brillante luna llena, con tal luz resplandeciente que haria que los ciegos viesen el mundo por una vez.
Ahora usemos el oído: ¿Verdad que lo oyes? Sí: no podía ser de otro modo. Es el océano. Unas olas movidas por la marea han llegado a nuestra playa con la intención de hacerse notar. Rompen ruidosas en la playa como quién oye una hermosa melodía de Bethoven o de Mozart.
Empezemos a usar el olfato para oler el olor del mar. Un olor muy familiar, puesto que vivimos aquí mismo.
Tal vez lo consigas relacionar con el gusto de un pescado con demasiada sal.
Nunca se sabe, pero podriamos distinguir algun delfín o algún pez en las lejanías del horizonte.
Vamos a desplazarnos un poco para sentir el tacto del agua en nuestros pies.
¡Alto! Quítate antes los zapatos, para sentir la arena fina entre tus dedos.
Seguro que agradeces tanto como yo en su momento esta visita, ¿Verdad?
Introduzucamonos en el vasto océano. Pronto va a romper una ola.
No sé si te habrás dado cuenta; pero las nubes que cubrían el cielo han dejado una pequeña rendija por donde se cuela de nuevo la luz de la luna llena.
La ola está a punto de romper, se acerca en la lejanía.
Nuestra ola ya ha roto. ¿Verdad que ha sido único?
Hemos hecho ya todo quanto había planeado hacercontigo, así que supongo que esto va a ser una despedida. No vas a notar nada, simplemente me marcharé desvanecinéndome en el aire.
Supongo que algú día de estos, tal vez, te muestre otro espectaculo común, e tristemente ignorado. Solo algú día...

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