domingo, 5 de septiembre de 2010

Las tinieblas de la noche: El refugio

Era noche cerrada cuando el todoterreno de Eduardo aparcaba en el patio exterior del Refugio de Sares.
Se bajó del coche con cierta lentitud y se dirigió hacia su coche. Cuando llegó, se encontró a los demás compañeros, a todos, quejandose por algo.
-¿Que os pasa?- Preguntó Eduardo.
-¿Como que qué nos pasa? ¡Tenemos todos las ruedas del coche pinchadas y sin los recanvios!
-¿Qué? No... no puede ser.- Dijo un hombre de mediana edad, que acavaba de sair del refugio.- Tal vez ha sido ese montañero perdido...
Todos los ojos se clavaron en él como flechas incendiarias, pues en sus ojos ardía un sentimiento de rabia inmenso. No era la primera vez que ese tipo soltaba tonterías en ocasiones serias. Y él se dió cuenta.
-No, no, os lo digo en serio. Mirad esta not que habia en el retrete, dice: Buscad al montañero o la cosa irá a más.
Todos se quedaron con los ojos fijos en la nota que ese hombre traía consigo.
Nadie articuló una sola palabra. Todos se dirigieron coo momias hacia el refugio, paralizados. Esa noche tendrian que llamar a refuerzos. Y rápido, pensaron.
Era miedo lo que sentían, en esa habitación cerrada, pequeña, con un cuarto de baño vagamente sucio y con olor a mierda constantemente. Un pequeño salón con los archibos y una maquina de café. Todos estaban paralizados cuando sonó la medianoche en el reloj del refugio.
No se atrevían a marcharse con los todoterreno de la companyía, pero sabían que debían olvidar toda esa historia.
Eduardo se había olvidado de todo, pues estaba tumbado en uno de los sillones grandes como si no le afectara esta historia.

Y mientras transcurría el tiempo en el refugio, en los prados verdes del feliz bosque vagaba una alma sin ningun rumbo a donde ir. Sin ningun destino al que llegar. Simplemente, andava. Observava a su alrededor, con un iedo atroz metido en los huesos. Sabía que debía encontrar ayuda lo antes posible, pero no sabía como ni donde. Tenia mucho miedo, miedo a vivir para contarlo. Porque le obligarian a hacerlo. Todos eran asi, todos insistían en saber la verdad, com osi eso fuera a canviar las cosas.
Y mientras se submergía en sus pensamientos, el tiempo transucrría, más rapido de lo que parecía.

1 comentario:

  1. Me gusta. Parece que el tiempo es un factor clave...¿O me lo imagino yo? En fin, se pone interesante.

    ResponderEliminar