jueves, 29 de abril de 2010

La esperanza

La esperanza de seguir tu camino, sin tener claro a dónde lleva.
La esperanza de reencontrate con alguien, que ahora está lejos y en tus sueños cerca.
La esperanza de pensar en el futuro, sin estar en cama.
¿Qué puede compararse con un sentimiento así?
El saber si vive o muere.
El saber si despierta o sigue dormido.
Simplemente, el saberlo a medias.
Algo incomodo en según qué personas.

Un aire primaveral roza sus mejillas, haciendole caricias en la cara pálida y casi gris del muchacho.
Paula sigue en pie, sujetandose con un brazo en la reja que hay justo a su lado. El hecho de pensar en plural, en pensar "no pasa nada, somos jovenes!", en pensar que la muerte estava lejos y la vida haciendonos compañía.
Ella toca la cara del chico, que no percibe su cariño, su ternura. Esa noche se tendira que haber quedado quieta, no tendria que haber seguido su camino sin pensar siquiera en las consequencias que eso llevara.
Nada les salvó. Ella retira sus manos i la lleva al pelo.
No hace falta, pero le retira un poco el flequillo. Eso le hace pensar que solo esta dormido. Que le gasta una de sus bromas y que enseguida volvera con ella. Pero sabe que no es así. Sabe muy bien lo que pasó y lo que pasará de ahora en adelante. Sabe que no hay excusa para no recibir a la muerte, ni tan siquiera el se jovenes es excusa suficiente.
Paula asiente en quando le dicen que no volverá y se va a su casa, pera pensar, para empezar una etapa de depressión.
Pronto irá a un psicologo para rehacerse pero, por el momento, deberá esperar.
Desde un buen principio, ella supo que no tenia esperanzas. No creía en que él las tuviera i, la falta de esperanza hizo que él se desmoralizara y perdiera el control del coche.

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