domingo, 25 de abril de 2010

medianoche

Era medianoche i la luna, brillante, desprendía una luz casi cegadora ante mi.
Era el sol quién la dotava de sus poderes para que ocupara su lugar en la noche.
Yo lo observava. Yo lo veía. Yo lo admirava.
Solo estavamos yo, la luna i el puebl dormido con el manto de la noche puesto.
Yo era la única que no llevava ese manto puesto, porque no estaba dormida. Estava obercando el mundo i la vida desde mi lugar, desde mi hogar.
La luna ahora llegava a iluminar el prado del este sin ningun impedimiento i las nuves ayudavan a que el ambiente fuera una noche perfecta, con nuves que daban a entender que hacen la noche perfecta.
Pasava ya un minuto desde medianoche.
Era una noche plata pura sobre un cielo estampado de carbón mazizo.
Estava muerta de seuño, ya no podia más. Y entonces, la noche pudo conmigo i me llevó en brazos hasta el sueño profundo que, desde mi interior, esprava salir ansiosamente.

2 comentarios:

  1. Esa luna brillante que desprende una luz cegadora, podrías ser tu misma dentro de unos años. Entonces será el mundo quien te observe y te admire. Despertarás de ese sueño profundo que ansiosamente espera salir de tu interior, iluminada en el verde prado del este y bajo un cielo azul, sin nubes plomizas que lo enturbien.
    Saludos.

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  2. muchas gracias por tu comentario. es muy bonito.
    yo tambien espero cumplir mi sueño, pronto.
    Saludos, Anairda.

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