viernes, 2 de abril de 2010

La noche de Ana

Ana, una joven de 17 años morena de piel y de pelo castaño, iba a ser la protagonista esa noche.
Una gran noche, la fiesta más grande del pueblo, la más bella pero, también, podia ofrecer a las chicas y chicos como Ana un poder ilimitado, una maldad inmensa, y todo gracias al entorno romántico y el ambiente de pasión que causaban los fuegos artificiales y la soledad de la calle, con un ruido superior en la plaza.
Era la noche de San Juan.
Y esa noche, Ana cantaria delante de todos su hermosa canción.
¿Quién iba a decir que ella, una joven qualquiera, acabaría delante de decenas de personas tocando su propia conción con sus mejores amigas?
Eso haría felizes a sus padres, felizes a sus amigas y a ella misma.
Eso demostraría a Carlos lo equivocado que había estado al renunciarla, antes de enrollarse con Clara.
Ana lo sabía; Carlos tenía pensado enrollarse con Clara esa misma noche, pero ella, con su hermosa voz y su canción perfecta, harían que él se fijase en ella de una manera especial.
Quedavan exactamente 20 minutos para la hora anunciada y ella estaba tensa.
Sus amigas lo notavan y temían que no llegase a recordar la letra.
-Tranquilas, ya nada podrá pararme!- Les gritaba Ana cuando se daba cuenta de lo preocupadas que estaban.
Sin embargo, el mal siempre hacecha, pendiente de lo que puede hacernos para provocar el mayor mal possible. Sí; siempre está con nosotros.
Entonces, Ana y sus amigas subieron al escenario y, después de los aplausos, empezaron a tocar.
Ana se sentía feliz al cantar su canción, supuestamente dedicada a Carlos, su chico.
Iba a ser suyo enseguida, justo después de tocar su canción.
Ana soñaba demasiado; nadie caería a sus pies por una canción, nadie iba a dejar a Clara plantada esa noche, principalmente porque a Carlos le gustaba Clara i ésta estaba más que dispuesta a besarse con él en el callejón.
Justo cuando se terminaba la actuación del grupo de Ana, pasó una estrella fugaz, como si hubiera estado esperando el momento toda la noche y Ana pidió un deseo:
"Que todo salga según lo planeado!"
Y así fue: salió todo según lo planeado, pero no para Ana, sinó para Carlos.
Cuando Ana bajó a recibir el beso que supuestamente le tendría que dar Carlos, se encontró delante de la maldad que suele presentar esa noche a los chavales y chavalas como ella, y se dió cuenta de que Carlos no había escuchado la canción, y de que era ya demasiado tarde.
Ana era dramática, pero en ese momento no puedo hacer afán de sus caracteristicas porque se quedó paralizada, sin saber qué hacer.
Solo pudo pensar en una cosa: en lo tonta y soñadora que había sido.
Y de ese modo, otro año más, la maldad y el poder de la noche de San Juan se manifestó impassible delante de Ana.

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