miércoles, 11 de agosto de 2010

El misterio de la casa de los Campos II

Erica supo enseguida que Mark ya no regresaría a csa. Pero al principio era un vago pensamiento, que no pensara que se fuera acumplir (ni lo esperaba).
Pero cuando vió que eran más de las diez de la noche y Mark seguía en paradero desconocido, se empezó a preocupar.
Volvió a vertir otra cucharada de azúcar en el café y se fue a sentar en la butac, delante de la ventana. Si Mark aparecía, ella lo sabría enseguida.

La tenue luz del salón no iluminaba demsaiado, pero Diana tenía buena vista. En realidad, ella no mató a Peter. Es más, hasta tuvo una relación con él hace varios años. Eso fue una locura.
Su marido, Ernesto, no la pilló de milagro.
Diana suspiró al recordar viejos tiempos y pasó la pagina del libro, sin recordar muy bien lo que habia sucedido con el romance de Francis y Elena en ese capitulo. Todo seguía igual. ¿Qué le habría sucedido a Janed? ¿Será verdad el hecho de que se huviera suicidado para ponerle las culpas a ella? Tenia muchas dudas en la cabeza y no se podía concentrar ni en su personaje faborito de la novela. Cerró el libro y se tumbó a dormir.

Un ruido despertó a Erica en la oscuridad de la noche. El café no le sirvió de anda, se durmió igualmente.
Erica, asustada por el ruido, lanzó un grito que despertó a toda la casa. Y ese fue su final.
Tras ver lo que nunca debería haver visto, Janed y Mark juntos e unidos, terminaron con ella.
Erica supo entonces que ahora era un monstruo, otra muerte más, en la casa de los Campos.

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