vampiros de Crepúsculo a mi manera; Amy.

En las vastas motanyas del oeste de Estados Unidos se refugia una vampira fugitiva llamada Amy.
A Amy, como a todos los de su antiguo grupo, la transformó un chico llamado Wen hace unos meses.
Amy recuerda muy bien a ese chico, y lo recuerda porque cuando sea más fuerte irá a por él.
Estamos en un pequeño refugio. Los que lo habitaban no tuvieron tiempo de despedirse de sus vidas, y Amy se seinte orgullosa por ello. Su sed se ha calmado un poco y ya se siente con ganas de pensar como lo hizo antiguamente.
Amy es una vampira lista y elegante, con un pelo castanyo reluciente y sano, unos deintes centelleantes como diamantes puros y, en su antiguedad, unos ojos celestes que encandilavan a los que la miravan. Ahora solo le queda el recuerdo de su querida piel blanca, delicada, y de sus hermosos ojos. Su caracter amable y compasivo y los muchos amigos que tuvo antes de ser un monstruo.
Mientras se prepara para tumbarse un rato y masajearse los pies, adoloridos de tanto correr, recuerda la noche en que Wen la transformó.

-Hola chica. ¿Como te llamas?
-Amy. ¿y tu?
-Wen. Es un placer conocerte, Amy. Pareces estar muy sedienta. ¿Quieres acompañarme hasta mi casa con tu coche, si no te importa? El mío tiene una abería grave y no conozco a nadie de por aquí. Ya te pago yo la cerveza.
Amy se quedó plantada en la barra del bar mientras el cigarrillo se consumía muy lentamente. Ese chico... la trataba como si ella fuera un agente de policia servicial y amable a quien atender... a canvio de una cerveza.
-He visto qeu tal vez no te importaria llevar a este chico en su carruaje para que podamos, además, charlar un rato. Podriamos ser buenos amigos.
"O algo más", pensó Amy.
Amy, después de dejar que el chico le pagase la cerveza que se acabava de tomar, llevó a Wen a su "casa". Él la invitó a pasar.
Ella aceptó la invitación. Pues hacía semanas que huía del mundo, pero nunca antes habia experimentado nada semejante por un chico. La atracción la superaba por completo.
Pero, entonces, oyó una voz en una habitación y se estremeción, quiso salir, pero Wen la cojió del brazo.
-Cuando todo haya terminado, nos podriamos llevar muy bien, Amy.
Amy no entendió a que se refería con "Cuando todo haya terminado", pero no hizo preguntas. Sabía que Wen deseaba hacerle daño, sus ojos apartaban la vista de ella, y cuando la cojía lo hacia de una forma rara.
-Muy bien, Wen. Creo que ahora seré capaz de dejar de beber. Provemos.- Era la voz de otro chico al lado de la escalera.
-Sonic, si no te importa, a esta chica me gustaria transfomrarla yo. Sabré parar.
-Bien. Yo ya estoy lleno, así qeu te dejo el trabajo sucio a ti. Adios.
Y luego solo recordaba el fuego, y el canvio de su ser.
Tenia sed. mucha, tenía que beber. Wen se lo impedía.
-Amy, te pido que me sigas a todas partes. Es muy peligroso para todosd ejar a una neófita suelta por el mundo.
-Sed...¡Tengo muchissima sed!
Me cojió y me llevó a los lugares donde habia vagabundos y otras personas que, aunque entonces no me fijé, nadie hecharia en falta.

Amy salió de el refugio para seguir hacia el este, donde Wen etsaría transformando en monstruos a otras personas. y ese chico... Sonic, se llamaba, seguiria haciendo de jefe de vampiros por algun lugar de Estados Unidos. Solo era questión de encontrarlo a tiempo para descuartizarlo y quemarlo. Habia aprendido mucho en los días que huzo caso a Wen. Mucho. Sabía lo suficiente como para poder matarlo, para siempre.
Amy esbozó una sonrisa. La venganza era lo que deseaba, y lo iba a conseguir.